Desde el primer momento supe que Nathaly y yo tuvimos alguna especie de conexión. El diminutivo de su nombre pronunciado de forma reversa es parecido a la pronunciación del mío. Su mirada conectaba la mía y sin ninguna especie de intercambio de palabras, Nathy sabía perfectamente qué estaba pensando. Compactamos desde el primer momento, no me cabe ninguna duda de que realmente éramos como una especie de almas gemelas.
Me sentía completamente destrozado tener el cuerpo de Nathy inconsciente en mis brazos…
Ver como nadie hacía nada, ni su propia madre.
Solo recordaba una y otra vez la frase que hizo Cristine antes de irse.
Quedarás igual que tu padre…
No me resigné a quedarme ahí para siempre, así que con mis brazos cargué a Nathy y la llevé a mi auto.
El trayecto hasta el mismo parecía algo lejos. Cuando uno necesita hacer las cosas con rapidez y velocidad, todo pareciera lo contrario.
Llego al auto y recuesto a Nathy en los puestos traseros.
Michael, Leidy, la Sra. Merlín y Cristine montaron bien su complot. Verdaderamente se salieron con las suyas.
A toda velocidad, de nuevo, por la carretera camino a la clínica central, no sabía ya qué hacer, Nathy estaba perdiendo mucha sangre. Los asientos quedaron manchados al halar a Nathy para poder sacarla del auto y que un paramédico la montara en la camilla para que empiecen a darle su atención inmediata, pero realmente estoy esperando lo peor.
¿Por qué Nathy tuvo tanto sufrimiento? ¿Por qué ha pasado por tanto? ¿Por qué tuvo que ser así todo? Nathaly es maravillosa, es magnífica, es hermosa, sencillamente es especial en su resplandor.Me duele pensar que si no sobrevive, no volveré a tenerla en mis brazos, no volveré a aspirar el olor de su cabello, no volveré a sentir su delicada y dulce piel, sus labios ya no volverán a rozar con pasión los míos, sus manos suaves y hermosas no volverán a apretar con ternura a los míos, su mirada ya no se encontrará jamás con la mía y viviría en una eterna perdición sumido en mis pensamientos, no volveré a tomar un café con ella y más me lastimaría pensar que al tomarme uno, no pensaría en más nada que sea su rostro. Su cabello ondulado, su sonrisa hermosa, su mirada que me hacía volver a la realidad cuando se despedía luego de un beso en la mejilla, su única forma de ser que nunca antes había conseguido y realmente era ella quien tenía todo lo que necesitaba.
No quería aceptar la realidad de tener que seguir afrontando mi vida sin ni siquiera poderme haber despedido bien de mi amada. Sin volverle a abrazar, sin volverle a besar…
Es un dolor que jamás voy a superar.
Pasaron horas y horas; los paramédicos no me notifican nada.
Nathy sigue en cuidados intensivos.
No sé qué hacer.
Me desespero pero al mismo tiempo pierdo la calma.
Hasta que por fin un paramédico pregunta por los familiares de la Srta. Lang.
– Aquí… – Aviso, levantando la mano.
– Usted es… – Dice el paramédico revisando una lista.
– El novio de la Srta. Lang.
– Ok… La Srta. Lang ha perdido mucha sangre, la bala rozó parte de la costilla derecha y el pulmón derecho. Estamos haciendo todo lo posible que tenemos en nuestras manos para sus cuidados, solo queda esperar a que ella despierte. Puede ir a descansar.
Descansar…
Como que si fuera tan sencillo.
– ¿Puedo ir a verla?
– Por ahora no puede ser posible, señor. – Responde el paramédico.
– Por favor… Hemos pasado por mucho, permítame aunque sean cinco minutos con ella… Por favor… – Suplico.
El paramédico se queda un poco pensativo.
– Está bien, sígame…
Caminamos por un par de pasillos, el paramédico utiliza su carnet para entrar en la habitación.
– Trate de que descanse, no intente tocarla porque cualquier cosa podría ser riesgoso… – Sugiere con mucho cuidado y me permite el paso.
Otra vez me destrozaba el alma ver como mi amada estaba de nuevo en una camilla, dentro la habitación de una clínica, sufriendo por algo que realmente no se merecía…
Con tubos pequeños que se introducían en su nariz, otros que yacían en las venas de sus brazos… Pálida y bajo el cuidado de un artefacto que marcaba los latidos de su corazón.
– Nathy… Espero que puedas escucharme. Sé que sí me escuchas…
*Bip.
– No he sido la mejor persona del mundo, no he sido el mejor hombre, ni el mejor novio que has tenido… – Sonrío y una lágrima recorre mi mejilla.
*Bip.
– Sin embargo tú, tú has marcado mi vida para siempre. Has sido lo que nunca jamás en mi vida he conseguido y estoy seguro que no conseguiré.
*Bip.
– Está demás decirte que te amo. – Digo ya con un nudo en la garganta que no me permite seguir soltando más palabras. – Te amo Nathaly…
*Bip.
*Bip.
*Bip………..
ESTÁS LEYENDO
"El final como el comienzo de una historia"
RomanceEithan, posiblemente con muchos errores y malas decisiones en su vida toma rumbo a un destino que solo corresponde a alguien, a quien menos lo espera, a quien solo lo ama de verdad, a quien le corresponda, aunque no se dé cuenta...