15.Para la única chica capaz de...

57 8 0
                                    

Astrid entró en su clase y se sentó en su sitio.

No había visto a Víctor en la entrada, y en cierto modo se alegraba.

Por suerte, Iván tampoco estaba en clase.

Había intentado fingir que estaba enferma pero su padre la había obligado a ir.

En ese momento, una cabeza asomó por la puerta.

Era una chica muy guapa de unos trece años, con el pelo largo y rubio.

-¿Eres Astrid?- preguntó.

-Sí- contestó ella-. ¿Tú quién eres?

-Me llamo Claudia- dijo.

-Ah, ¿y qué quieres de mí?

Claudia miró al pasillo.

-Oye, ¿cuándo empezaste a salir con Vic?- dijo.

Astrid abrió mucho los ojos.

-¿Qué?- soltó.

-Venga, todo el mundo sabe que estáis juntos.

-¿Quién eres?

-Tu cuñadita- sonrió.

¿La hermana de Víctor? ¿Víctor tenía hermana?

-En realidad no estamos juntos.

-Ya, venga, a otra con escusas. Que tengo trece años, no soy una cría.

-Pero esque...

-Tengo que contárselo a mis padres. Las novias de Vic son un tema muy importante en mi casa.

Astrid iba a replicar, pero el comentario de Claudia la hizo parar en seco.

-¿Novias?¿Cuantas novias?

Claudia sonrió maliciosamente.

-Uff... No sé. Demasiadas para acormarme de todas.

Astrid entrecerró los ojos y miró a la chica.

-Pero puede que tú le gustes más que las otras. O no, quién sabe. ¿Sabes cómo llama Vic a sus novias?

Astrid negó con la cabeza.

-Pañuelos, porque son de usar y tirar. Aunque hay otra versión... Incluye el nombre de una de las cosas que usa con sus Pañuelos.

Astrid empezaba a sentirse muy molesta.

Por lo que decía esa niña, Víctor no era lo que creía ella.

-¿Es que no sabías todo esto?- preguntó Claudia.

-No. No lo sabía. Pero gracias por la información.

-De nada. Que tengas buen día.

Y con la mejor de sus sonrisas, salió de allí.

Astrid se dejó caer en la silla.

Se encontraba mal. Muy mal.

Tenía unas ganas terribles de llorar.

.............................................................

Por fin tocó el timbre para volver a casa.

La sensación de angustia que le había producido hablar con Claudia no había desaparecido.

Al salir, chocó con una chica.

-Lo siento- se disculparon a la vez.

Se alejó caminando para ir a su casa.

Pero, no se dio cuenta de que se la había caído un cuaderno violeta.

Si la princesa abriera los ojos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora