Adriana le lanzó el zapato.
¡Gilipollas!- le gritó.
Víctor lo esquivó con relativa facilidad y miró a su novia.
-Adriana, no grites. Ruth está estudiando en la habitación de al lado y vamos a molestarla.
Él había vuelto a negarse a acostarse con ella y Adriana había montado en cólera.
-¡Si hubieras cumplido con tu trabajo de novio, estaría ocupada besándote y no estaría gritando!- chilló.
Víctor resopló.
¿Cómo hacía que se callara?
Sí, vale, lo sabía.
Se acercó a ella y la besó.
Situaciones extremas, medidas desesperadas.
Adriana aceptó el beso y se abrazó a su cuello.
Víctor siguió besándola.
¡Por fin!, pensó la chica.Pero alguien llamó a la puerta.
Los chicos se separaron y Víctor abrió mientras Adriana se escondía detrás de la puerta para ponerse la camiseta.
-Oye Víctor, ¿puedes ayudarme con los deberes?- preguntó Claudia con cara de niña buena.
Víctor resopló.
Agradecía que les hubieran interrumpido, pero no quería ayudar a su hermana; últimamente no la aguantaba.
Menos mal que había sido con Adriana. Si hubiera sido con otra chica... No, otra chica no.
Astrid, pensó.-No puedo- contestó él. Y cerró la puerta en su cara.
Adriana le miró. Parecía muy molesta.
-Mataré a tu estúpida hermanita pequeña- dijo.
-Yo seré tu complice- añadió él.
-Vas a ser mi cómplice en algo más- dijo, abrazándose de nuevo a su cuello-. Ahora mismo.
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-Entonces... ¿vienes ya?- preguntó Javi.
-Sí. Ya salgo de mi casa- respondió Astrid al otro lado del teléfono.
-Genial. ¿Qué quería ese chico?
-Oh, nada. No era nada- mintió.
-¿No es el mejor amigo de Víctor?
Mierda, mierda, mierda, pensó Astrid.-Sí...- contestó insegura.
Vio a alguien a lo lejos. A alguien que no le caía demasiado bien.
-Oye, ahora hablamos. Un beso, amor.
-Un beso.
Y colgó.
-Anda, la rubita- dijo Adriana mirándola sin perder esa irónica sonrisa que siempre tenía en los labios.
Astrid no dijo nada. Se limitó a observarla.
Adivinaba que venía de casa de Víctor.
-¿Que tal con ese niño con el que estás?
-Muy bien. Perfectamente.
-Me alegro.
Adriana bostezó.
-Ay, estoy tan cansada...
-Bueno, eso no me interesa.
-Pues incluye a tu querido Víctor.
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Si la princesa abriera los ojos...
Любовные романыPara Astrid, el mundo deja mucho que desear. Sola, sin amigos en los que poder confiar al mudarse con sus padres. Y entonces conoce a Víctor, un joven de ojos traviesos y muchas ganas de disfrutar de sus propias locuras. ¿Será capaz de abrir los oj...