29.¿Culpable?

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Astrid se levantó con rapidez y fue hacia sus padres.

-¿Qué haces en el hospital? ¿Y por qué te has escapado del instituto?- preguntó su padre con algo de dureza.

Astrid desvió un momento su mirada hacia sus amigos, que seguían muy cerca de la habitación de Víctor.

-Víctor ha... ha tenido un accidente, está muy mal...- explicó ella.

Su madre la abrazó.

-¿Quién es Víctor?- preguntó el hombre confuso.

-Un amigo suyo- contestó su madre por ella.
Es el chico más maravilloso del mundo. Estoy locamente enamorada de él. Le amo, le amo sobre todas las cosas. Si no se despierta, no seré capaz de soportarlo, añadió para sí misma.

-Vaya...- comentó su padre.

-Papá, mamá, voy a volver con mis amigos- informó.

Ellos asintieron y Astrid volvió junto a los jóvenes.

Volvieron a encerrarse en ese horrible silencio.

Se sentó junto a Marta.

La chica tomó su mano y la oprimió con cariño, como si quisiera infundirle los ánimos de los que ella carecía.

Astrid le dedicó una sonrisa triste, pero esperanzadora.

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-Pero hija, tenemos que irnos a casa- insistió su madre.

Llevaban cerca de diez minutos discutiendo.

-No voy a irme. ¿Y si Víctor despierta y yo no estoy con él?- contestó ella con firmeza.

-Astrid, por favor, no seas niña- riñó la mujer.

Su padre ya se había marchado para aparcar el coche justo en la entrada del hospital.

-No voy a irme, mamá. Tanto si os parece bien como si no. No voy a dejar a Víctor.

Su madre suspiró.

Javi se acercó por detrás a Astrid.

Sus padres aun no sabían que habían roto, y mucho menos que era por Víctor.

-Susana, no te preocupes. Cuidaremos de ella- dijo el chico, poniendo una mano sobre el hombro de la joven-. Nos encargaremos de que coma y duerma.

Susana miró a Astrid algo reacia.

La expresión de Javi era calmada y confiada.

La mujer se rindió.

-Está bien- aceptó.

Astrid sonrió y abrazó a Javi.

Volvieron juntos al lugar donde estaban Marta y Vero.

Patricia había tenido que marcharse a su casa y Marina había ido al baño.

-¿Te quedas?- casi susurró Marta.

Ella asintió.

Las dos chicas sonrieron mientras Javi y ella tomaban asiento.

Marina volvió unos minutos más tarde.

Astrid se levantó para ir ella al baño.

Solo quería refrescarse un poco.

Si la princesa abriera los ojos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora