2° Parte: 22. Quemé tus palabras, borré tus caricias, enterré tus besos.

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Javi la saludó con la mano y la esperó, apoyado en la valla.

Astrid aceleró un poco el paso y llegó hasta él.

-Hola- dijo ella.

Javi la saludó también y la dio un rápido beso en los labios.

Llevaban un mes saliendo.

-¿Qué tal en latín?- le preguntó él, tomándola de la mano y empezando a caminar.

Iban a todas las clases juntos excepto a esa.

-Aburridísimo- contestó.

-Bueno, ya solo quedan dos meses y medio para que acabe el instituto.

-Sí. Menos mal.

-¿Qué vamos a hacer esta tarde?- dijo, rodeándola con un brazo y acercándola más a él.

Ella se sonrojó como hacía cada vez que Javi hacía algo así.

-No sé.

-¿Vienes a mi casa a ver una peli?

-Como sea otra vez de miedo, te dejo- afirmó ella.

Javi sonrió.

El fin de semana pasado la obligó a ver una película de miedo con él y la chica no había parado de gritar. Casi lloró de pánico.

-¿Tan mal lo pasate?- preguntó.

-Lo pasé peor- dijo muy seria.

Javi soltó una pequeña carcajada y le dio un beso en la mejilla.

-Vale. No será de miedo. ¿De qué la quieres tú?

-No sé- murmuró como si fuera una niña pequeña.

Javi la observó unos segundos en silencio.

Le gustaba mucho esa chica.

-¿De amor?- aventuró.

-Me parece bien- sonrió complacida.

-Mientras la vemos...- empezó con voz seductora, haciendo que la joven se sonrojase.

Él volvió a sonreír. Después la abrazó, estrujándola entre sus brazos.

-No hagas eso- murmuró ella.

-¿Hacer que te pongas roja?- ella asintió-. No puedo evitarlo, estás preciosa.

Le miró con los ojos entrecerrandos.

-Piropeándome y haciéndome sonrojar no vas a conseguir tus propósitos.

-¿Ah, no? ¿Y cómo lo hacen los otros novios?- preguntó con voz inocente.

-Idiota- le espetó, pero en tono cariñoso.

-¿Entonces...?

-Cállate- sonrió.

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Adriana decidió volver a intentarlo.

Víctor estaba sentado en la cama leyendo mientras ella examinaba sus estanterías con aburrimiento; ya se las sabía de memoria.

Tenía el novio más aburrido del mundo.

¡Pero si solo se liaban si ella empezaba!

Y además, él era muy soso.

-Víctor- le llamó. Él levantó la vista del libro y la miró-. Me aburro. Podríamos hacer algo.

-Estoy leyendo. Coge tú cualquier libro.

Adriana suspiró.

-No me refería a eso precisamente.

Si la princesa abriera los ojos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora