Sakusa Kiyoomi| ✿

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❝ 𝐔𝐧𝐛𝐞𝐚𝐫𝐚𝐛𝐥𝐞 ❞

❝ 𝐔𝐧𝐛𝐞𝐚𝐫𝐚𝐛𝐥𝐞 ❞

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A los dos meses de haber entrado a primer año. A la academia Itachiyama. La chica de cabellos chocolates aún no asistía a ningún club. Siempre parecían aburrirle. Pero bueno, cumplía con ciertas responsabilidades que se le habían atribuido por ir constantemente a los entrenamientos del club de vóley. Mismo donde asistía su agradable senpai. Komori-san. 

Quien lo iba a negar, muchas veces también iba solo para satisfacerse al ver los poderosos remates del ace. Omi-kun, quien ciertas veces solía ser bastante agradable con la chica. Ciertas veces. Cuando a él era a el primero al que saludaba. Sin haberse contaminado ya de las bacterias provenientes de sus demás compañeros de equipo.

No era la mánager. Pero si algo a lo que se parecía. Cuando asistía a los entrenamientos por las tardes acompañada de su nintendo switch, que varias ocasiones dejaba de lado para disponerse a llenar las botellas, sacar toallas. Pero sobre todo y todos, tener siempre una lista, totalmente perfectamente limpia para Kiyoomi.  

Como justo ahora, tal vez el azabache no se inmutaba si quiera que la chica siempre limpiaba los balones, y acomodaba exclusivamente los que él solía utilizar. O el propio que el chico llevaba. Que al final terminaba paseando por las palmas de los demás. Suzuki tomaba el balón cuando el chico se disponía a cambiarse, y se lo entregaba reluciente. Igual que las toallas limpias y so botella.

No hay peor ciego que el que no quiere darse cuenta. Sakusa muchas veces observó a la castaña, algo extrañado, siempre estaba todo listo para él. Pero le daba de los nervios y molestia, cuando después de acomodar todo volvía a su consola, sin prestar atención. ¿Para qué asistía entonces? Esa era la cuestión del ace.

—Toma Omi-kun, tu botella está lista.—le entrego dicho cilindro y se volvió a  su consola, molestando al peli negro.

— Te he dicho que no me gusta, que me digas Omi-kun.— agregó molesto de su actitud, si no iba a entrar de una vez por todas como mánager. La consideraba innecesaria ahí.

— Ya. ¿Terminaste de ocupar tu toalla, deseas otra? —preguntó la más bajita extendiéndole otra. 

— No gracias.—respondió tajante mirando hacia otro lado. 

— Está bien, Komori-san ¿quieres más agua? — miró ahora al chico de lindas cejas.

—Estoy bien Suzu-chan, muchas gracias.

El equipo siguió con el entrenamiento, pero la molestia de Sakusa no desaparecía. Y comenzaba a pensar que la chica solo iba porque le gustaba su primo. Entonces no hacia nada útil de ayuda para el club. Fue a cambiarse, y al salir del gimnasio la encontró de nuevo con su nintendo.

ᴴᵃⁱᵏʸᵘᵘ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ; 𝐇𝐀𝐈𝐊𝐘𝐔𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora