Escenarios con los personajes de Haiyuu que probablemente han pasado por tu imaginación.
Los personajes pertenecen a Haruichi Furudate.
Excepto algunos extra que agregare a las historias.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La presencia de aquella chica, siempre sobre Shinsuke te hacía sentir algo incómoda, pero mientras él no la alejara por amabilidad, no podías hacer nada, siempre era algo que caracterizaba al albino, era amble, con todos sin exceptuar.
Pero desde que transfirieron a Ayano Kimura a mitad de año, todo cambio, y querías que la amabilidad y gentileza del chico desaparecieran.
— ¿vamos a estudiar un rato Shin-chan? — preguntaste mientras caminabas a su lado.
El al notarte sonrió como solo a veces solía hacerlo, y entrelazo su mano con la tuya, mientras seguían caminando normal, y aquel acto hiciera que te sonrojaras. Era algo ya de él normal besar tu mano por la mañana al igual que tu frente, pero nunca te acostumbrabas.
— Lo siento cariño, tengo ir a ayudar a una compañera nueva a tomar todos los apuntes de las clases.— respondió amable para que no te sintieras mal, al no acompañarte a casa hoy.
— ¿por qué siempre te dejan esas tareas a ti? — preguntaste puchereando, los maestros solían confiar mucho en el desempeño de Kita, y eso, era de admirar.
— No lo sé, es como decirte lo mismo a ti, eres la presidenta de tu clase (yn).— respondió riendo un poco.
— Por cierto, mi (f) dice que tal vez pronto ya tenga mi licencia.—mencionaste feliz y orgullosa.
— ¿de verdad? eso es genial cariño, me alegro mucho.— dejó un beso en tus labios para seguir caminando pero.
Un pequeño carraspeó hizo que los dos voltearan. Cierta figura femenina, con cabellera rubia, y muy bonita en general, los detuvo en su caminata.
— Disculpen, ¿tú eres Kita-san? — tímidamente preguntó la chica, mientras jugaba con sus dedos.
— Sí, tú eres Ayano-san ¿verdad? — preguntó amable mientras hacia una leve reverencia.
— Sí...— murmuró.— los profesores me han enviado para pedirte ayuda, aunque si estás ocupado, puede ser más al rato.— habló mientras sus mejillas se sonrojaban un poco.
— No, no estoy ocupado, vamos.— se soltó de ti, y sentiste cierto cosquilleo recorrer tu espalda por el repentino acto.— Nos vemos mañana cariño.— se despidió con un pequeño beso en la frente y se fue con Ayano.
No te gustaba jugar a las personas por como lucían, porque a veces solías equivocarte pero, está vez, hubo un presentimiento, y no era ninguno bueno.
Al día siguiente, esperaste a Shinsuke en la parada del tren, para que fueran juntos, pero al llegar corriendo, por haberte despertado tarde, viste como ya estaba acompañado, de la rubia, mientras se reían para subir al tren, por quedarte viendo esa escena, se fue, y seguramente llegarías tarde.
