Escenarios con los personajes de Haiyuu que probablemente han pasado por tu imaginación.
Los personajes pertenecen a Haruichi Furudate.
Excepto algunos extra que agregare a las historias.
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Habían pasado dos semanas desde que Suzuki había dejado el club de voleibol. Bueno, no podemos hablar bien si fue dejarlo. Ya que nunca perteneció al mismo. Pero sí que había una persona que se sentía olvidado. Y ese era Sakusa Kiyoomi. Quien en pocas palabras echó a la chica del club, algo inconsciente.
Momentos como los partidos, para llegar a las nacionales, es donde todos los chicos del equipo en especial Sakusa, se daban cuenta de lo indispensable que era la chica.
Muchas veces intentó hablar con ella. Pero la fémina siempre pasaba de largo, y lo ignoraba. No es que estuviera enojada con él por haberla "corrido" del club del vóley. Si no porque, le había puesto mucho trabajo para entrar a un club. Era una persona de pocas palabras, y con los únicos con los que realmente se sentía cómoda compartiendo algunas palabras eran los chicos del club.
— Suzuki, por favor regresa al club, te necesitamos.— le pidió Komori la primera vez acompañado de su primo el peli negro.
— Lo siento Komori-kun, creo que no le soy de mucha ayuda, al no ser manager.— respondió tomando de su pequeño zumo, mirando de reojo a Omi, quien rodaba los ojos.
— ¡no quise decir eso, solo te pedí que te inscribieras como manager! — reclamó el azabache cansado de las mismas frases de la castaña.
— "si no te vas a postular como manager y hacer algo realmente útil que aporte para el equipo, entonces no sigas ayudando" — se burló la más bajita de las palabras del ace.
— Entonces adiós, es imposible tratar contigo.— Sakusa se enfado y le frunció el ceño.
— Gracias.— le contestó la ojos miel, marchándose con una sonrisa.
— Te pasas de verdad, Omi.— refunfuñó el castaño, adelantándose hacia el club.
— ¡no puedo creer que esa idiota me guste! —murmuró el chico, bajo su cubre bocas blanco.
Otra ocasión fue cuando la esperó fuera de su salón, observando como un chico de su clase, estaba cerca, seguramente invadiendo su espacio personal y contagiándole gérmenes, a su, chica.
— ¡Regresa al club Suzuki! —le gritó desde el marco de la puerta algo fastidiado de la presencia de su compañero de clase.
La castaña solo se acercó, dándole un pco de esperanzas al azabache, para luego mirarse seria y contestarle un simple.
— No.— le evadió la mirada y regresó a su asiento entretenida con el chico, y bueno, eran dos gamers hablando de sus cosas frikis.
— ¿Tendré que comprar un nintendo? —se cuestionó el ace dejando el salón.