Escenarios con los personajes de Haiyuu que probablemente han pasado por tu imaginación.
Los personajes pertenecen a Haruichi Furudate.
Excepto algunos extra que agregare a las historias.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desde aquel día, en el que la cabeza del líbero, casi estalla, por las continuas reflexiones acerca, del por qué nunca le había dado una oportunidad a su Kouhai, la castaña se volvió una especie de Kiyoko para Nishinoya. De no ser por Kageyama.
El armador y la chica, nunca se vieron de otra forma que no fuera amistosa, los trabajos e equipo los hacían convivir mucho, y se había acostumbrado a la presencia del otro. Y claro, a la de un ruidoso Noya, quien seguía a la chica. Como ya era costumbre para el chico, se encontraba esperándola en la entrada de Karasuno. De nuevo venía con su cabello recogido en una alta coleta, con las pecas resaltándole por el sol que se acumulaba en sus pómulos.
"Una Diosa" pensó Yuu al ver como cambiaba sus zapatos.
— ¡Suzuki-chan, que linda te vez hoy! — ese grito de nuevo, pensaba la chica, volteando a ver a un Noya sonriente.
— Noya-san...— suspiró pesadamente mientras se disponía a seguir de largo, ignorándolo.
— ¿Tienes algo que hacer durante el receso? — preguntó emocionado posándose a un lado de la fémina, mientras le sonreía. Cálidamente.
— No...de hecho—
— ¡perfecto! Nos vemos Suzuki-chan.— se despidió corriendo hacia donde Tanaka, dando brinquitos de alegría.
— ¿de nuevo Nishinoya-san te molesta? — un Kageyama somnoliento se le acercó a la de orbes miel riendo.
— Algo así, pero vamos, tenemos una exposición exitosa que presentar.
La más bajita, y Tobio se fueron a su respectivo salón, las horas pasaban, y de alguna manera eso hacía sentir intranquila a (y/n), no sabía con veracidad silo que Noya le había dicho en la mañana, era una invitación para almorzar con él, o era una pregunta del momento, para ahuyentar el momento incómodo.
La hora del receso al fin había legado, y la cabellos chocolate, se encontraba espiando en la cafetería, para no encontrarse a, "esa" persona. No es que Nishinoya le cayera mal a la chica, solo que simplemente le causaba algo de enojo, y frustración, no se permitía ser amigable y dulce con el chico, que hace unos meses, la dejaba de lado por su senpai. Por lo mucho que le siguiera gustando el líbero, las acciones que había hecho anteriormente le habían mostrado, otro concepto, en el que no lo tenía.
— ¿a quién buscas Suzu-chan?— la voz de esa persona la hizo parar de pensar en seco, el líbero asomaba su cabeza por sobre el hombro de la chica.
— ¡¿eh?! — se giró para verlo, encontrándose con la radiante sonrisa del líbero.
