Miya Atsumu| ✿

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❝ 𝐃𝐫𝐚𝐰 ❞

Era algo normal, ver a los gemelos Miya, rodeados de muchas personas

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Era algo normal, ver a los gemelos Miya, rodeados de muchas personas. Sobre todo si esas personas eran sus alborotadas, seguidoras.

Era algo a lo que Suzuki ___ estaba ya acostumbrada. En los dos años que llevaba estando en Inarizaki. Ninguna vez, pudo entregarle chocolates a Atsumu.

Como tampoco pudo entregarle, un bento y onigiris, que estuvo haciendo toda la noche, cuando por dos días estuvo llenándose de valor, al siguiente fueron desperdiciados.

En el club de Arte, en el cual asistía, habían chicas enamoradas del gemelo torbellino, y otras enamoradas del gemelo sereno.

Había ido a varios juegos, solo para tomarle unas fotos, y luego dibujarlo.
Era su pasatiempo favorito. Siempre y cuando no estaba a la vista de todos, claro.

Con Osamu, era diferente, aquella vez, se lo encontró en el super mercado, mientras compraba las cosas para los onigiris. Extrañamente el gemelo peli gris la conocía, porque había visto una exposición de algunos dibujos de la chica en la escuela.

Desde ese día, siempre que se encontraban se saludaban, amablemente, e intercambiaban un poco de comida para dar el visto bueno. El chico sabía, que la castaña, estaba tonta por su hermano, así que de vez en cuando trataba de ayudarla, siempre y cuando ella no salía corriendo.

Pero un día, exactamente el día, en el que alguien derrotó a Inarizaki, solo ese día se atrevió a hablarle.

—— Miya-san.— se escuchó un grito entrecortado, mientras una chica de baja estatura venía corriendo hacia el equipo.

Ambos gemelos se voltearon a verla, y Atsumu, se posicionó perfectamente para una foto, ya que suponía que era lo que quería la chica.

Suzuki al darse cuenta, volteó hacia el otro gemelo, y lo saludó, si bien iba a hablarle al rubio, pero los nervios no la dejaron, y tuvo que ocultarlos saludando, al peli gris.

Dejando a un colocador algo avergonzado por sus actos.

— Pensé que le hablarias al fin, Suzu-chan.- le regañó Osamu.

— Yo también lo pensé Samu-chan.— decepcionada de si misma, volteó a ver como ahora el rubio estaba rodeado de chicas parlanchinas entregándole pequeños refrigerios.

— Pues anda ¡ve! ¿qué es lo que esperas? ¿Una señal divina acaso?— Se quejó desesperado el rematador.

La chica, fue empujada, por Osamu, hacia el otro gemelo. Pero algo los detuvo.

ᴴᵃⁱᵏʸᵘᵘ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ; 𝐇𝐀𝐈𝐊𝐘𝐔𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora