Escenarios con los personajes de Haiyuu que probablemente han pasado por tu imaginación.
Los personajes pertenecen a Haruichi Furudate.
Excepto algunos extra que agregare a las historias.
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Y ahí estaba de nuevo. Para Kozume era algo irritante tener que soportar a dos Kuroos. Hablaba de su amiga ___.
Iba a casi todos los entrenamientos cuando salía de su respectivo club. Como también regresaba a casa con Tetsuro y Kenma. No era que la presencia de la castaña le molestara. Si no que aveces, llegaba a ser igual de irritable que su amigo azabache.
Últimamente Kuroo lo había puesto a entrenar más de lo normal. No era algo que fuera del completo gusto del teñido. En este día el entrenamiento llevaba ya más de dos horas y media sin parar. Hasta que cayó al suelo y la castaña vino corriendo hacia él.
- ¡Kenma!, ¿estás bien? -preguntó acercandose a ayudarlo a levantarse-
- Ya no quiero. -su puchero reflejaba todo el odio que le tenía acumulado al capitán y a la gavedad en ese momento-
- Kenma, apenas y llevamos dos horas. -también Tetsuro había comenzado con su berrinche-
- Déjalo descansar un rato Kuroo-chan, sabes que no tiene la misma resistencia que tú.
Suzuki lo había dicho en forma de apoyar al teñido. Pero al parecer este estaba aún más disgustado con ese comentario. Pero no se quejó.
- Está bien, ve a recostarte por ahí Kenma. -ordenó el azabache-
- Vamos Kenmita. -llamó ___ y lo ayudó a pararse-
- No soy Kenmita. -aún el colocador de segundo seguía con su puchero inmutable-
- Sí, sí, ahora espera aquí y yo voy por algunas cosas. -la castaña lo dejó sobre las colchonetas y se dirigió a la salida del gimnasio para ir por agua, y algunas otras cosas para que la fiebre le bajará a el pequeño Kozume-
Minutos después regresó y Kenma estaba en su consola, a Suzuki no le enojaba que jugará, al contrario le gustaba que el cabeza de pudín se emocionase tanto con sus juegos.
- Hey, Kenmita, debes descansar. -advirtió pasándole una botella del jugo favorito del teñido y haciendo que se recostara de nuevo-
- Ya te dije que no soy Kenmita, ___.-exclamó de nuevo con cierto enojo que solo causaba ternura en la castaña-
- Está bien, ahora déjala un rato, te voy a poner esto para que la fiebre disminuya un poco.
Por unos minutos se dejó poner los pequeños trapitos con agua tibia. Pero después se comenzó a desesperar. Quería jugar realmente con su consola. Y la castaña se lo estaba impidiendo.
- Kenma, deberías descansar un poco más, parece que tienes una cara en las ojeras y no al revés. Dormir a tus horas por ejemplo y no quedarte hasta tarde-
