Escenarios con los personajes de Haiyuu que probablemente han pasado por tu imaginación.
Los personajes pertenecen a Haruichi Furudate.
Excepto algunos extra que agregare a las historias.
Tenía mis dudas sobre quién hacer este one shot. Sugawara u Oikawa.
❝ 𝐒𝐡𝐞 ❞
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El equipo de voley femenino de aoba johsai había logrado llegar hasta las nacionales. Y hoy sería el día, el seijoh contra Fukurodani.
Y Oikawa no podía estar más confundido. Diablos, ¿a quién debía apoyar? A su amiga Suzuki ___. O a su novia Mei Yuriko del equipo de Fukurodani.
El partido había comenzado y se encontraba con Iwaizumi y los demás en las gradas. Obviamente Iwaizumi y los del equipo apoyaban a su escuela. Pero Shittykawa no sabía a quién.
Ambos equipos eran buenos. Las recibidas de su amiga Suzuki la cual tenía sentimientos hacia el setter del equipo de voley masculino, eran perfectas, según Tobio.
Pero Yuriko y sus grandiosos remates. El partido parecía sobre, cuantos remates ya había mandado Mei, y cuantos había recibido nuestra linda castaña. Un uno contra uno.
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El partido dio, como ganador al equipo de Fukurodani. 25 a 22.
Ese era el adiós a las nacionales. En las cuales Suzuki quería permanecer más tiempo. Pero de nuevo, sentía que de nuevo ella le arrebataba algo. Bien sabía que la envidia entre mujeres era mala. Pero. Sí la envidiaba.
Llevaba conociendo a Tōru casi tres años, en los cuales, una chica en seis meses logró ganarse el cariño y una relación con el castaño.
No lo culpaba, Yuriko era bonita. Demasiado bonita. Era una gran rematadora y sin duda alguna se complementaba con Oikawa.
Su equipo agradeció, y fueron hacía los vestidores. Y algunas compañeras por comida. Hajime hizo acto de presencia. Y solo la abrazó. El peli negro sabía que su amiga quería llegar al final, como también sabía de los celos hacia la novia de su amigo, y la inseguridad que ésta, causaba en Suzuki.
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— Hey, jugaste muy bien, tus recepciones eran geniales ___-chan. — felicitó Iwa tratando de animarla.
— Gracias, Iwa-chan. — le abrazó de nuevo tratando de no llorar.
— Verás, Trashykawa estaba conmigo, no sé a dónde haya ido.
—Ambos sabemos dónde está ¿no es así? — la castaña lo miró con una sonrisa fruncida y caminaron hacia las máquinas de aquel gran lugar.
