17. "Nos" suena a manada

86 22 41
                                    




Las dos semanas pasaron volando, lástima que perdí tiempo, sin poder realizar algo de la lista.

Rome seguí estando a la delantera con un total de siete puntos, Vesper con cinco, yo con cuatro y Akira de última con un total de tres puntos.

Me gustaría decir que las vacaciones son lo mejor de la vida.

Pero me temo, que ése no es mi caso. Para mi mala suerte, papá decidió buscarnos a mi hermana y a mi empleo en el club Harmon, maldita publicidad.

Recuerdo que dijo algo como...

—trabajando se les quitara el aburrimiento.

Mientras los demás disfrutan de sol, playa y arena. Yo tendré que trabajar limpiando la mugre de los clientes del club.

Yo sólo quería pasar mi último verano de escuela en paz. Así que, gracias papá por arruinar mi sueño, en serio se aprecia la poca consideración.

—Presta atención Laveau. —Gruño la señora Hoops. — Hay mucho por ver y no tengo tiempo para explicarte todo de nuevo. —La señora Hoops era la gerente del lugar, era una mujer pequeña y de pelo canoso. Y debo decir que posee un carácter con muy poca paciencia.

—Y recuerda Laveau, el cliente siempre tiene la razón. —Se dio la vuelta para mirarme y recalcó el siempre.

Al final terminé trabajando en el bar como mesero, podría haber sido peor, o al menos eso creo. Pero en serio, que alguien me explique cómo es que lograron contratar a alguien con yo, ósea holaa, pasa una mosca y me distraigo.

¿Acaso no piensan en el bienestar de los clientes?

Rebeka se llevó la mejor parte de todo "salvavidas en la piscina" cosa que no creo que logre hacer bien, porque, mi hermana no salva a nadie.

Cuando el recorrido de la veterana termino. Me llevó a la recepción a entregarme mi uniforme, que por cierto una atrocidad de atuendo, que quieren que les diga. Y para más desgracias mía, tendría que usarlo hoy mismo.

—No pensé que terminarías trabajando aquí. —Oí la voz de Mitch detrás de mí. ¿Acaso me estaba siguiendo?

—Somos dos, porque yo tampoco pensé en terminar trabajando aquí. — Solté de mal humor. Me di vuelta para verlo mejor. Vestía el mismo uniforme que yo.

— ¡¿Trabajas aquí?!— Grité sin darme cuenta.

Mitch mostró su uniforme con las manos. — Usamos la misma ropa así que...si, yo creo que sí. — Contestó burlesco.

— ¿Cuántos trabajos tienes?— Pregunté extrañada.

—Tres, los fines de semana trabajo con Lu a tiempo completo. Los lunes y martes trabajo en el supermercado cómo reponedor y de miércoles a viernes trabajo aquí en el hotel como caddie.

—Esos son muchos trabajos. —Respondí perpleja. El sólo omitió mi comentario.

— ¿Cómo vas con tu lista?—Pregunto sonriendo ¿por qué siempre sonríe? ni que estuviera feliz de verme.

—Aun me quedan once por completar.

—Si fueras socia del club, podrías bucear en la reserva. —Soltó.

— ¿El club tiene para bucear?— Recién me había percatado de eso. ¿En qué momento no me di cuenta que la respuesta a mis problemas estaba frente a mis ojos?

Pero lo más importante, ¿cómo es posible que el comercial no anunciara nada de eso? ¿Acaso se quedaron sin recursos para alargar el comercial que llegaba a parecer disco rayado o qué?

Cuando el amor sea para siempre ©| TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora