29. Una decisión difícil

40 6 0
                                    


Si hay algo que detesto más que nada en la vida es tener que tomar decisiones. La idea de equivocarme me aterra demasiado.

A veces pienso que si tomo una mala decisión ya no podré volver reparar el daño. Y por más que intente solucionarlo, nunca volverá a ser lo mismo.

Y en mi mente tenía dos opciones que no dejaban de darme vuelta por la cabeza, decir la verdad o callar como lo hicieron los demás. ¿Cuál de las dos opciones era la más correcta?

Yo no ganaba nada, si me guardaba el secreto de Mitch, de Biane o de Mackenzie. Ellos temen que la gente se entere de las cosas malas que hicieron.

La familia de Biane guardaba el secreto de Augusto para no deshonrar el apellido ni la imagen que las personas tienen sobre ellos, puesto que por años han logrado guardar su verdadera forma de ser.

En el caso de Mitch, su familia no tenía ni dinero, ni mucho menos contactos. Él, sin duda sería el más perjudicado. Tendría un historial manchado que le impediría entrar a una universidad o incluso conseguir un trabajo.

Si hablaba lo más probable es que termine metida en un problema mucho más grande del que ya estoy, pero si me guardaba todo lo que sabía, tendría que vivir con el remordimiento de por vida.

¿Sería capaz de soportar todo esto yo sola?

Mitch había tomado una decisión, mentirme para engañar a Mackenzie fue su decisión.

Lo mismo pasaba con Gus, fue su decisión volverse adicto a las drogas. Él quiso participar de todo esto.

Pero lo que diferenciaba a Gus de Mitch, era que uno de ellos era incapaz de sobrevivir con la culpa, mientras que el otro seguía engañando a la gente.

— Lamento interrumpir el cine interno que estas teniendo en tu mente, pero ¿podrías enfocarte en esto por favor?—Dijo Vesper. Interrumpiendo mis pensamientos.

— Lo siento. —Respondí. Había olvidado que estaba sentada en el restaurante de GREG'S con Vesper. Todo esto de guardar el secreto me había dejado intranquila.

Ves me miró molesta. Yo sabía que había algo en mí que no le estaba gustando últimamente, y estaba segura que tarde o temprano terminaría soltando eso que tanto le molestaba.

— ¿Hay algo que quieras decirme?— Preguntó seria. Vesper suele parecer dispersa y divertida, pero cuando hay algo que no le gusta no tiene miedo de decirlo.

—Creo que no...¿p-por qué esa pregunta?—Había tartamudeado, de seguro eso me hizo ver más insegura a los ojos de ella. No podía decirle todo lo que sabía, por más que quisiera hablarlo con alguien, no podía.

Este problema no sólo me involucraba a mí, sino que a todos los que quisieron ocultar la verdad. Y si le contaba la verdad a Vesper, de alguna u otra forma ella se vería involucrada en todo esto.

Me sentía mal, es mi amiga de mayor confianza y yo era incapaz de contarle la verdad de todo lo que me estaba pasando.

—No mientas, sé que hay algo raro entre Akira y tú. Desde que volvió ya ni siquiera se hablan, es cómo si fueran completas desconocidas. — La expresión en su rostro era de un enfado total. No sabía si estaba molesta porque no le estaba diciendo la verdad o porque no he estaba contado el porqué de mi distanciamiento con Akira.

—No hay nada raro entre nosotras, sólo no hemos hablado tanto. — Mentira. — Créeme, no hay nada de qué preocuparse. — Eso también era mentira.

— ¿Si sabes que puedes decirme todo verdad Camile?— El tono de su voz comenzó a cambiar. Esta vez era más tranquilo y apaciguador.

—Sí, lo sé... yo... lo sé. — Perdóname Ves, en serio no puedo decirte lo que me está pasando. Te fallé como amiga.

—No tienes por qué guardártelo todo para ti sola, sobre todo si se trata de Mitchell. — Eso último me tomó por sorpresa ¿A caso ella sabía todo lo que estaba pasando?

Quizás sólo eran especulaciones mías. ¿De dónde se habría enterrado ella que yo estaba metida en un lío cómo este? Akira sería una opción, pero dudo mucho que le haya dicho o incluso mencionado algo sobre mí a ella. ¿Pero y si Vesper sabe algo y decide delatarnos a la policía?

— ¿Qué tiene que ver Mitchell con todo esto? — Intenté preguntar con tranquilidad. Sin embargo, las manos me sudaban y el cuerpo comenzaba a picarme sólo del nerviosismo.

—Ay por favor, todos saben que tú y Mitchell volvieron a ser amigos. Todo el mundo lo sabe, siempre están juntos. Incluso me han preguntado si son novios. — Esperen ¿qué?

—Entonces... ¿mencionaste a Mitch sólo porque querías saber si estamos saliendo o no?— Pregunté confundida.

—Obvio, ¿por qué más lo mencionaría? ¡Dios, sí que eres lenta para entender indirectas!— Suspiró exhausta.

Yo apenas podía procesar todo lo que estaba pasando. Pero mientras Vesper piense que estoy tratando de ocultar mi supuesto noviazgo con Mitchell todo está bien.

De todas formas era casi imposible que ella supiera algo, no hay manera de que lo sepa, ni mucho menos que alguien le hubiera dicho algo.

Puede que Vesper no sepa la verdad de lo que me está pasando, pero yo sabía que tarde o temprano debía tomar una decisión.

Puede que papá esté enfadado contigo de por vida, tal vez no me quiera volver a ver. Y ni hablar de mis hermanas, de seguro volarían a casa para regañarme, sobre todo Vanessa.

Quizás Vesper no quiera volver a ser mi amiga si revelo la verdad a la policía.

Mi amistad con Mitchell habría acabado, Biane me detestaría de por vida, y ni hablar de Mackenzie, lo más probable es que quiera tomar venganza contra mí.

Pero si no revelaba la verdad, terminaría en un estado de locura y arrepentimiento total.

En ese instante, fue cuando comprendí la gravedad de mis mentiras. Lo perdería todo pero eso a estas alturas ya no importaba. Nada de eso importaba.

Por primera vez en mi vida quería pensar en mí, y sólo en mí. Pero antes de eso, debía darle a un último adiós a la persona que había iniciado todo esto.

Mitch.

Cuando el amor sea para siempre ©| TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora