Capítulo 17

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Narrador omnisciente

El sol abrazaba la mañana, el cielo estaba despejado y el aura alrededor de la ciudad prometía el inicio de un día tranquilo y feliz.

Pero no para dos jóvenes abarrotados por sus preocupaciones y temiendo del futuro.

Se sienten solos y asustados, creen que sus fuerzas no son suficientes para enfrentar a los problemas que les dio su vida por separado, y que por mala suerte, vuelven a estar a flote.

Frustración y rendición.

Jimin se quedó a dormir en la casa de Jin, pensó toda la noche en si debería denunciar a su madre, pero le asustaba demasiado lo que ella haría si lograba ganar el caso. Si tenían las pruebas suficientes podrían ganar, pero no quita la posibilidad de que ella se las arreglara para salir impune.

Había estado aceptando el acoso escolar y familiar tanto tiempo que olvidó vivir para él, pero con el paso del tiempo se fueron sumando personas importantes a su vida: Taehyung, Jin, Seoho... y Yoongi, que le permitían ser feliz por lo menos pocos minutos al día. Si ellos llegaban a sufrir por su causa no lo soportaría más y colapsaría, no sabía hasta donde podía llegar.

Esa mañana salió de la casa de Jin despidiéndose de él y del pequeño Seoho, se encaminó al instituto esperando encontrarse rápidamente con Tae y Yoongi, estaba seguro de que debía contarle a alguien todo lo que había pasado con Jin y la idea de denunciar a su madre. Tenía mucho miedo, necesitaba seguridad y confianza para poder llevar a cabo este procedimiento.

Cuando por fin llegó a su destino miró hacia el cielo, respiró profundamente y con temblor en sus manos, ingresó. Caminaba por los pasillos sin prestarle atención a las muchas personas que siempre solían hablar a sus espaldas y decirle uno que otro comentario indecente, como estas acciones eran comunes en su día a día, solo les respondió alzando su mano derecha y sacando únicamente su dedo del medio.

Alfa... alfa... alfa— murmuraba su omega aún preocupado por todo lo que estaba pasando.

Tranquilo Mochi, pronto lo veremos— consoló.

Buscó un poco en los alrededores antes de entrar a su salón de clase por si lograba toparse con alguno de sus dos amigos para no tener que entrar solo, cuando vio que no había nadie ingresó finalmente rendido. Abrió la puerta y sonrió al ver una silueta conocida.

—¡Flecos!— oyó decir preocupado a Yoongi.

—Hola Min, hoy estas temprano.

—Sí...— de repente su rostro bajó y se tornó triste.

—¿Sucede algo?— preguntó Jimin al ver el semblante triste que Yoongi le estaba dando.

—Tenemos que hablar Jimin... no sé como lo tomarás— respondió.

Jimin estaba intranquilo, Yoongi nunca lo había llamado Jimin, siempre le decía flecos o pequeño, además ¿Qué cosa no sabe cómo lo tomará? Su intranquilidad se daba mucho a notar, Yoongi se dio cuenta, tomó su mano para jalarlo hacia él y reguló su olor para soltarlo un poco y que el único que pueda sentirlo fuera Jimin.

—Vamos a hablar afuera ¿Sí?— trató de modificar su voz para que sonara lo más suave posible.

—Está bien.

Salieron del salón y se sentaron en las escaleras que llevaban a la parte abandonada de la institución, por ahí las personas evitaban pasar por los falsos rumores de que estaba ese lugar embrujado, Jimin y Taehyung habían aprovechado esto para crear su pequeño sitio secreto.

Bueno, ahora ya no es tan secreto.

—Jimin yo...

—Flecos.

Niño Problemas [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora