Niño Problemas [YoonMin]

Capítulo 50

Advertencia: 🚨Temas sensibles🚨

Narra Hoseok

Bueno, aquí estoy.

Me encontraba frente a una hermosa casa de dos pisos color marfil. Esta se encontraba protegida con una reja blanca que daba vista a un pequeño patio lleno de césped y a un parqueadero.

Cuando Taehyung se ofreció a ayudarme nunca pensé que al otro día me llamaría diciendo que su mamá estaba ansiosa por conocerme y apoyarme. Me sentía muy nervioso, sabía muy bien que tenía un problema pero de repente me estaba arrepintiendo de haber ido a ese lugar. Mis manos temblaban al igual que mis piernas mientras sostenía un pastel que horneé por mi mismo como regalo de agradecimiento a la familia de Tae. Tenía un gran debate mental de si tocar el timbre o salir corriendo antes de que sea muy tarde.

Sin dejarme pensar más la puerta de la casa se abrió y Kim Taehyung salió de ella sonriente. Desde que lo conocí pude darme cuenta que era una persona muy expresiva y directa, alguien a quien le puedes dar tu confianza y nunca te defraudaría con una promesa. Sonreí también al verlo abrir la puerta de la reja y abrazarme con calidez en forma de saludo.

—¡Hobi! Me alegra que vinieras— saludó muy feliz.

—Gracias por invitarme— respondí.

Le devolví el abrazo teniendo cuidado con el pastel y desordené su cabello, ante el acto Tae sonrió aún más brillante y jaló mi brazo hasta el interior de su casa. Un pequeño perrito se encontraba sentado al frente mío con aura autoritaria, como si de un rey cuidando su castillo se tratara, me miró de pies a cabeza y se acercó a olfatearme con curiosidad dando pequeños pasos elegantes alrededor mío para después pararse al frente de Taehyung y ladrarme como si lo estuviera protegiendo de algo malo.

—Oh ¡Basta Yeontan!— dijo tomando en sus brazos al cachorro— ¿No ves que es nuestro invitado?— regañó y el perro volteó a verme aún sin confianza.

—Tranquilo Tae, la verdad nunca fui bueno interactuando con perritos— sinceré algo avergonzado y era la verdad, nunca en mi vida le he caído bien a los perros y siempre me asustaba cuando me ladraban, así que entendía la reacción del cachorro— lo siento Yeontan ¿Te asusté verdad? A nadie le gusta que un extraño invada su territorio— me dirigí a la bolita peluda que se encontraba aún en los brazos de Tae.

Yeontan me miró por unos segundos más y olfateó de nuevo mi aroma, cuando vio que no era una amenaza para su familia saltó de los brazos de Tae, lamió mi talón y se fue directo hacia su pequeña cama que se encontraba a unos metros de la entrada para acostarse y no decir ni un woof más.

—Bueno, pasaste ya a la bestia que cuida el portón de mi casa— rio al ver a Yeontan— ahora solo debes derrotar al dragón.

—¿Dragón?— pregunté algo perdido.

—Habla de mí— una tercera voz se hizo presente.

Regresé a ver tragando en seco, algo asustado por la voz. Un alfa con mirada afilada y cuerpo firme me miraba analizando cada parte de mi cuerpo y la caja que tenía en mis manos. Su cabello era castaño como el de Tae, su tez un poco pálida y la forma de su rostro era también como la de su hijo. Era un alfa muy apuesto sin duda.

—Papá el es Hobi, mi amigo— Tae rompió el silencio.

—Jung Hoseok, es un gusto conocerlo señor— me presenté con una amplia sonrisa que aparentaba no ser nerviosa y extendí mi mano para saludarlo.

—Kim Hyojong, padre y alfa de esta familia— respondió correspondiendo al apretón de manos y sonando amenazante.

Mi mano tembló inconscientemente al mirarlo a los ojos, seguía analizando todos mis movimientos con su mirada y soltaba feromonas autoritarias. Sentía que me iba a desmayar.