Niño Problemas [YoonMin]

Capítulo 51

Narra Seokjin

Me encontraba en la cocina preparando algo de comida y bebidas para el viaje a Busan. No estaba listo para ver a mi padres, pero debo esforzarme por la causa.

Nam los llamó hace unos días y habló con ellos acerca de nuestra visita. Me contó que al principio ellos no estaban de acuerdo, pero cuando mencionó a Seoho cambiaron de opinión y le dijeron que solo hablarían si les permitía ver a su nieto.

Me molestó bastante la idea de llevar a mi hijo para que vea a las personas que nos dieron la espalda por muchos años, quería desaparecer del mapa para que nunca lo encuentren. Busan ya no es mi hogar y tampoco alberga mis buenos recuerdos, ahora estoy más feliz solo así.

—Ya hice la maleta de Seoho— Nam salió de la habitación cargando a mi pequeño en sus brazos— ¿Estás bien?

—Ellos no merecen ver de nuevo a Seoho— sentí mis ojos arder— él ni siquiera los recuerda bien ¿Por qué debemos hacer esto?

Namjoon sintiendo la tristeza en mi aroma se acercó y me aprisionó contra su pecho. Acarició mi cabeza con delicadeza para luego dejar un pequeño beso en ella. Sentí una pequeña mano queriendo que alzara la cabeza, así que lo hice.

—Papi Jin...— mi bebé me miraba con ojos llorosos y una expresión preocupada— papi Jin no se debe preocupar por Seoho, si alguien hace llorar a papi... Seoho nunca se lo perdonará.

Miré a mi hijo aún con castas lágrimas en los ojos y le sonreí con dulzura, si me mostraba preocupado eventualmente el lo sentiría y se preocuparía también, tenía que ser fuerte por y para él.

—Lo siento cariño— limpié sus lágrimas con mi pulgar— Seoho es muy confiable, papi está mucho mejor ahora.

Dicho esto sonrió brillante, él era mi sol.

—Bueno pequeño ve a buscar a tu abejita y una cobija para el viaje— Nam bajó a Seoho quien al sentirse al nivel del piso corrió a buscar las cosas que le pidieron.

—Es mucho más obediente contigo— reí— espero que Hobi, Yoongi y Jimin se las arreglen bien en la panadería.

—No te preocupes, lo peor que puede pasar es que Yoongi llegase a incendiar el local.

—Solo me haces preocupar más— lo miré con una ceja alzada.

—Conseguiste a Hoseok que es un buen pastelero, a Jimin que es alguien juicioso que puede atender a las personas y... pues lo que sea que sea Yoongi— contuvo sus risas— además los tres son muy atractivos, apuesto a que atraerán mucha más clientela.

—Aún estoy algo preocupado por Hobi. Yoongi y Jimin ya me han ayudado muchas veces en la panadería así que saben bien lo que deben hacer. Espero que se las arregle bien en las mañanas hasta que Yoongi y Jiminie regresen de sus clases.

—Lo hará bien, tu mismo viste sus habilidades— posicionó sus manos en mi cintura— confiemos en ellos y vayamos tranquilos.

Lentamente fue acortando la distancia, rodeé su cuello con mis brazos también buscando un poco de cercanía. Nuestros labios estaban a milímetros pero ninguno se atrevía a acercarse lo que faltaba para unirlos, así que solo nos quedamos mirando a los ojos, sonrojados y cómodos.

No era muy paciente así que fui yo quien nos unió en un beso suave y dulce que hacía a mis sentidos delirar con locura. Nos separamos con lentitud y volvimos a nuestros cabales cuando una pequeña risita traviesa se hizo presente en el ambiente.

Kim Seoho estaba ahí parado medio escondido con su manta y su peluche en los brazos, tapando con su pequeña mano su boquita para tratar de que no escuchemos sus risas. Cuando ambos lo regresamos a ver y se vio expuesto se acercó caminando a nosotros con una gran sonrisa.