Niño Problemas [YoonMin]

Capítulo 28

Narra Jimin

Conforme pasaban los minutos mi ritmo cardíaco subía por los nervios. Tenía que ser fuerte, debía contarle a Yoongi lo que pasó con mi padre.

Después de todo al hacerlo, una parte de mí tal vez podrá permitirse ser feliz por primera vez.

El sonido de la ducha paró y regresé de nuevo a la realidad. A los pocos minutos Min apareció frente a mí listo. Su cabello estaba desordenado, su mirada adormilada y su esencia suave y relajada.

Parece un gatito mojado.

—Flecos~— llamó suavemente— estoy listo.

—Parece que estás cansado— dije estirando mis brazos, invitando a ese lindo ser de apariencia tierna y ruda a acostarse a mi lado— podemos dejar la charla para otro día.

—No digas eso— se acercó a mí recostando su cuerpo a mi lado y hundiendo la cabeza en mi pecho— si tú eres quien me tiene que decir algo debe ser importante, y las cosas importantes no se dejan para después.

—Deja de ser cursi.

—Preocúpate cuando ya no lo sea.

—Tienes un buen punto.

—Entonces ¿Qué era lo que tenías que contarme seriamente?

—Solo promete no dormirte hasta que termine— reí nervioso— es muy importante.

—Así me hables de la cosa más aburrida de este jodido mundo te escucharé expectante, aunque hablar contigo es tan divertido que eso es imposible.

—Es sobre mi padre...

—¿Está bien para ti hablar de eso conmigo?— espetó preocupado.

—Es el relato de una persona importante para otra persona importante— acaricié su cabello.

—Entonces escucharé.

—Entonces comenzaré— tomé una bocanada de aire nervioso— todo empezó hace cinco años.

📼

Hace cinco años...

—Jimin, cariño, si sigues bailando cerca de las flores puedes tropezar y caer sobre ellas— una voz suave me regañó mientras practicaba una coreografía para mi clase de danza contemporánea.

—Papá, por más que haga movimientos extraños te juro que no perderé el equilibrio— tranquilicé— tú mismo sabes que tienes un hijo totalmente talentoso y cuidad...

No terminé mi frase y tropecé, cayendo encima de las flores que papá había cuidado durante muchos años.

—¡Park Jimin!— gritó— ¿Estás bien?

—Eso creo— contesté un poco adolorido.

—¡¿Por qué nunca me haces caso?! ¡Te advertí que te ibas a tropezar!

—¿Acaso ves el futuro?

—Soy tu padre— suspiró— es mejor habilidad que ver el futuro.

—Es por eso que a veces me das tanto miedo.

—Y debería, yo ya lo conozco casi todo— se agachó y recogió las flores que habían sido aplastadas por mi cuerpo y arregló las que se salvaron.