Niño Problemas [YoonMin]

Capítulo 32

Narra Jimin

Al estar a solas con Taehyung pude liberar toda la emoción que escondía al haber oficializado mi relación con Yoongi. Trataba de no ser tan transparente con lo que sentía al estar rodeado de personas a las que no les caía muy bien, pero me delataba mi estúpida sonrisa enamorada.

—Ya hombre deja de hacer esa cara de idiota— rio burlón Tae— aún tienes que contarme todo lo que pasó entre ustedes dos con lujo de detalle.

—Pues la verdad no sé por dónde comenzar— sinceré nervioso— primero comenzó tocando...

—¡¿Te tocó?!— interrumpió molesto— ¡Dime en qué partes te tocó y se las arrancaré a él una por una!

—¡¿Ehhh!?— grité avergonzado— ¡No me dejaste terminar la frase! ¡El piano! ¡El piano! ¡Tocó su piano para mí!

—Ahhhhhh el piaaaano— se tranquilizó.

—Eres un idiota.

—Solo me preocupo por ti.

—Si me hubiera tocado de verdad entonces tú...

—Exacto, le daría una lección.

No puedo decirle todo lo que pasó esa noche.

—Claro, eres mi mejor amigo simplemente me estás cuidando— bajé mi cabeza.

Lo miré de lado avergonzado porque mi propia mente me jugaba en contra y me hacía recordar absolutamente todas las expresiones de Yoongi y las miles sensaciones que acunaban mi vergüenza cuando hicimos... Esas cosas.

—Era solo broma— sonrió dulcemente— es obvio que pasó algo más.

—¿Cómo lo...?

—Sé nota en tu cara claramente, además puedo sentir que estás en celo.

—Oh no ¿El olor es muy fuerte?

—No lo es pero deberías tomar un supresor por si las moscas— aconsejó.

Hice caso a Tae, saqué la caja de supresores que me regaló el papá de Yoongi y metí uno en mi boca pasándolo por mi garganta con un poco de agua.

Observaba como mi amigo en silencio miraba fuera de la ventana mientras suspiraba delicadamente, sabía que le sucedía algo desde hace un tiempo y quería que me lo contara sinceramente, porque nunca nos escondemos nada, pero... en ese momento su semblante era tan encantador que tomé su celular— el cual estaba reposando en su escritorio minutos antes— y tomé una hermosa foto de él con la mirada perdida en un solo punto de afuera mientras su cabello ondeaba relajado por la brisa rebosante al estar la ventana abierta.

La foto mostraba todos sus rasgos perfectos y una expresión que nunca antes pude apreciar por mi mismo en tantos años.

Regresé a ver por la ventana, justo como él lo estaba haciendo, y vi al club de atletismo entrenado en una de las grandes pistas del instituto. Todos tenían cuerpos trabajados y rostros atractivos, pero había una persona en concreto que resaltaba por sobre los demás.

—Jeon Jungkook— solté sin pensarlo mucho.

Taehyung abrió los ojos de par en par sorprendido y volvió la vista a mí.

—¿Lo conoces?— preguntó.

—¿Recuerdas que cuando estábamos en segundo año de secundaria ingresé al club del coro? Justo antes de el problema que tuvimos con Jieun.

—Sip, lo recuerdo claramente, cantas hermoso.

—No lo he hecho en un tiempo— sonreí melancólico— la cosa es que ese chico estaba también en ese club, su nombre es Jeon Jungkook y aunque solo estaba en su primer año ya era muy conocido por su voz sumamente dulce, tanto así que recibió el apodo de ángel.