Capítulo 38

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Narra Jimin

Caminaba a casa después de comprar todo lo necesario y hacer un plano mental de lo que haría ese día.

Al estar frente al portón tomé aire e ingresé con sumo cuidado. Miré delicadamente los rincones de la sala y cocina, al estar seguro de que no había nadie corrí escaleras arriba.

Puse todas mis compras en un pequeño escondite que se posicionaba en mi armario y empecé a arreglar la casa, sabiendo que sería el último día que estaría ahí. Con cuidado en uno de los rincones del comedor escondí algo que había comprado en el centro comercial y no fue tan barato como me esperaba, pero su uso lo cambiaría todo.

Cuando acabé mi trabajo empecé a empacar las pocas cosas que me quedaban en mi habitación, después de todo la mayoría las había llevado de a poco y se encontraban en casa de Jin. Al estar listo observé por última mi habitación, las paredes estaban desgastadas y sin pintar, el suelo rechinaba y no había ventana que dé al exterior, incluso era asfixiante.

Mamá estaba encerrada en su habitación y se me hacía extraño que no haya salido aún, normalmente a esta hora tiene hambre así que me dirigí hacia donde estaba y puse mi oído contra la puerta para ver si lograba captar algún sonido.

Justo en ese momento la puerta se abrió y caí fuertemente frente a una figura ya muy conocida. Ella me tomó del cabello y me alzó con brusquedad para que me levantara.

—Hola niño, ugh tu cara me da asco— pronunció mientras me escupía en el rostro— hasta que apareciste hijo estúpido, dame de comer muero de hambre.

Me levanté con rapidez y troté a la cocina, lavé mi cara quitando los restos de saliva de mi rostro y serví la comida. Por alguna razón me encontraba alterado y aterrado, no quería estar más aquí pero algo me ataba.

—Madre— llamé tímidamente— ¿No me preguntarás en dónde me quedo el resto de la semana?

—¿De qué hablas pequeño insecto?— respondió ignorante— sabes que no me interesa con quién duermas o si te mueres en algún lugar de la calle— habló con la boca llena— te doy dinero y te dejo vivir aquí, si te quieres ir solo eres es un miserable desagradecido.

—Si pero... Si desaparezco de repente y no vuelvo más... ¿Me extrañarías?

—No entiendo tu pregunta— me regresó a ver con una mirada ¿Asustada?— ¿Por qué querrías irte para siempre? Sabes que los de arriba siempre nos dan dinero y yo te doy una parte semanal también— sonrió— solo un idiota como tú querría irse.

Aunque era cierto, el dinero no valía nada en nuestra familia. Vivíamos en un lugar sucio y apartado por órdenes de la familia de mamá, no sé la razón aún. Por esas mismas órdenes últimamente mi madre estaba obligada a darme una parte de ese dinero, era extraño ya que insistía en que solo lo hacía porque la vigilaban, pero nunca lo comprendí.

Gastaba su parte del dinero en alcohol, hoteles, restaurantes de lujo y apuestas llevando una vida de excesos y mentiras. Con mi parte del dinero por otra parte, alcanzaba para la comida, productos de limpieza y todo lo que se necesitara en casa, además pagaba mi matrícula escolar, facturas y lo que sobraba lo usaba para el mantenimiento de la tumba de papá. No era tanto dinero como el que usaba mamá para sus andares, pero si era lo suficiente.

Quería ahorrar también para arreglar el calefón dañado, pero dado que no iba a regresar nunca más no lo vi importante.

El dinero nunca faltaba y me preguntaba que era lo que "los de arriba" y mamá estaban escondiendo.

Regularmente pensaba ¿Por qué razón nos mantenían? ¿Por qué tenemos que vivir aquí y si queremos mudarnos dárselos a saber? ¿Qué pasó en la corte mientras estaba en recuperación?

Niño Problemas [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora