Todo empezó cuando acordé con mis amigos para ir y acampar a una zona alejada de la ciudad, un pinar al que de por si nadie visitaba porque para llegar había que cruzar una montaña donde había más de tres horas de caminata cuesta arriba, rodeado de espesos matorrales, árboles y por lo general tocaba abrir camino con herramientas para eliminar la maleza.
Entenderán que las condiciones estaban más a nuestra contra que a nuestro favor, pero todos estaban entusiasmados con la nueva experiencia y no podía negarme a ir si al fin soy de los que disfrutan aventurarse.
Nos preparamos con dos carpas, algunos alimentos para comer en el campamento que haríamos y un par de panes que nos comimos durante el viaje; y si, hasta aquí no hay nada tenebroso, eso empezaría con el caer de la noche de ese mismo día.
A unos cien metros antes de llegar a los pinos, ahí podría decir que empezó todo. Ya estaba oscureciendo; caían las cinco de la tarde, solo faltaba cruzar un sendero entre árboles los cuales sus ramas se enredaban unas con otras. Antes de entrar todos nos miramos entre sí, estábamos algo sorprendidos pues el ambiente cambiaba de una manera radical, donde estábamos se veía aún luz del sol, pero a unos pocos metros adelante el ambiente era opaco, se sentía algo diferente.
Cristian, Snaider, Davidson, Yeison y mi persona, eramos los primeros en pisar aquel lugar en mucho tiempo con toda seguridad. Al llegar al pinar, buscamos el mejor lugar posible para asentarnos, curiosamente fue al lado de un borde con una caída de unos cincuenta metros que daba vista a la montaña baja y dejaba ver la neblina que empezaba a llegar.
Habían pasado un par de horas, y los chicos empezaron a gritar y a reír estrepitosamente arruinando la paz del lugar.
Chicos, respeten este lugar. -les dije- respeten la naturaleza. No me tomaron mucho en cuenta, pero yo sabía porqué lo decía, sentía que alguien nos estaba vigilando, alguien estaba ahí en algún lugar, pero no podía saber dónde. Ustedes podrían decir que es "escopaestesia" que es la sensación de que alguien te mira, pero soy de los que sienten energías de todo tipo, (desde que al ir a una iglesia me expulsaron un espíritu que tenía, desde ese entonces creo en ángeles y demonios por experiencia propia) y desde hacía un buen rato esa misma energía estaba con nosotros, no sabía decir si era buena o mala, solo era un algo que nos estaba acompañando.
Trate de ignorarlo, pensé que eran cosas mías, así que luego de juntarnos en la fogata; comer, y pasar el rato, nos acostamos dentro de las carpas para tener más calor ya que el viento gélido era cada vez más, yo dormia junto a Snaider y Cristian en una carpa y Davidson junto a Yeison en otra. Seguiamos hablando mientras uno a uno se quedaba dormido, entre ellos yo. No se cuánto tiempo pasó, pero snaider me despierta tocándome el hombro.
¿Que quieres? -pregunté-
Yoscar, -me responde- ¿Escuchas eso?
No, no escucho nada. -le dije-
Exactamente... -dice mientras me mira con algo de miedo-
Había caído en cuenta de lo que decía; no se escuchaba nada. Nada, ni el viento que hasta hacía no hace mucho provocaba que los árboles hicieran crujidos, ni grillos, ni animales, el silencio era absoluto. Mi piel se erizó por completo a lo que el agregaba:
-Y Cristian hace rato escuchó pasos afuera de la carpa- en el momento miro a Cristian mientras el afirma con la cabeza. -Pero eso no es todo, ahora presta atención a ver si suena de nuevo-
Quedamos en silencio nuevamente. Y después de un rato sobrevino al fin una ola de viento que golpeaba la carpa suavemente pero en ella se escuchaban como quejidos, lamentos inentendibles, esto no duró ni cinco segundos, y todo volvió a quedar en el mismo silencio absoluto.
Dime que lo escuchaste -preguntó con algo de nervios-
Y si, si lo había escuchado, pensé que era el miedo colectivo pero volvió a suceder dos veces más. La misma ola de viento en seco en donde se escuchaban susurros. Los tres teníamos miedo, y eso no era nada común.
Y tengo ganas de ir al baño, -dice Snaider- ¿me acompañas?
Claro que no, ve tú solo. -Le dije-
Vamos los tres. -insistió- estoy que me reviento.
Saqué mi teléfono y vi la hora, eran las 2:18 am. Prendí la linterna y armados de valor salimos, la verdad yo también tenía la misma necesidad. Mientras estaba allí parado sentía la misma sensación que al principio, alguien estaba mirándonos así que alumbré con el teléfono en todas las direcciones, buscando lo que no quería encontrar. Cada uno estaba a unos dos metros del otro formando un triángulo, la luna estaba llena pero esta no nos daba luz.
Miré en cada dirección posible, y no vi nada extraño. Fue cuando terminé y dirigí la luz de mi linterna en dirección a Snaider y a unos tres metros de él, detrás de un pino a unos dos metros de altura del suelo la cabeza de una figura se asomaba, a quien los ojos se prendieron con la luz de la linterna, los recuerdo perfectamente, eran rojos mezclado con naranja y algo de verdoso en la parte que cubría el globo ocular. Lo que sea que fuese, solo asomaba su cabeza a quien se le veía como dos orejas que sobre salían de su cabeza que reflectaba la luz.
Al verlo por unos segundos, mi piel se erizó por completo, me quedo impávido a lo que Snaider y Cristian miran en la misma dirección en el acto al ver mi reacción. Luego de mirarlo se giran inmediatamente a lo que Snaider me pregunta con voz temblorosa: -¿Lo viste?-
Si. Está detrás del pino, ¿y tu Cristian? -le Pregunto- si, también lo vi. -responde a baja voz-
Era eso lo que nos estaba mirando vigilando desde el principio, siempre lo supe. Pero ese no fue el final, entremos a la carpa dije con temor, y antes de entrar alumbré en otra dirección como por algún tipo de inercia y estaba otra figura igual a la primera a la que sólo se le veía la cabeza asomándose pero está vi que estaba sonriendo. El reflejo de la luz sobre ello no me dejaba ver más detalles pero si pude notar que estaba sonriendo.
No puede ser, hay otro en el otro pino de la izquierda -dije a punto de quiebre- y me sonrió. -yo estaba temblando-
Entramos a la carpa, y nos cubrimos con la cobija. Que bien no nos iba a librar de lo que estuviera afuera pero por alguna razón sin sentido lo hicimos. Después de unos minutos, los pinos empezaron a crujir, pero no había viento, era como si se estuvieran abalanzando en ellos; ¿pero si no era el viento que era lo que los estaba moviendo?
Ninguno quiso salir después de ese momento.
Al amanecer, los tres que estuvimos presentes contamos lo sucedido a los otros dos que estaban durmiendo. Poco crédulos le mostramos el lugar donde los vimos, nos acercamos y vimos en un pequeño pozo de fango unas huellas de niño ligeramente perseptibles; grandes como el tamaño de una mano. Fue allí que nos creyeron, pues ¿Quién o qué caminaría de noche descalzo en esa zona?.
Fue allí que entendimos la razón del por cuál nadie iba a ese lugar, eso bastó para nunca volver allí.
ESTÁS LEYENDO
Intra Infernum-Historias Reales De Terror
ParanormalSiempre hay alguien detrás de ti y no hablo precisamente de un ser vivo, espíritus, demonios, entes que buscan manifestarse de algún modo para poder sentir nuestro miedo, y así después de alimentarse de el puedan hacerse más fuertes, más visibles, m...