Lo que me sucedió fue hace poco, me mudé a una casa de dos pisos en una zona donde apenas empezaba a ser habitada. No habían calles asfaltadas, la poca afluencia de gente hacia que el sector se viera como un desierto a pleno medio día; la mayoría de las casas estaban en obra negra así que no es que tuviera la mejor vista de todas.
Trabajo desde casa así que aparte de vivir solo tengo mucho tiempo libre, eso me llevó a descubrir un evento que me pareció sumamente curioso.Estaba en la segunda planta de la casa tomando un descanso, no hacía nada en específico, solo existía y ya. El sol se había puesto y como había poca iluminación en el lugar debido a que aún no había alumbrado público, me fue fácil observar a lo lejos una luz que se mantenía fija dentro de una zona boscosa en las cercanías del lugar. Podía ser cualquier persona obviamente o cualquier cosa nada importante, solo no presté atención y seguí en lo mío durante un par de horas más. Pero me aburro con facilidad; las redes sociales no son lo mío, de modo que solo luego de dejar el teléfono de lado y mirar hacia el mismo lugar esa luz tenue seguía allí. Había pasado mucho tiempo y me parecía poco normal, ¿alguien habrá incendiado el bosque?, ¿alguna persona estará acampando?. Cosas que me preguntaba mientras me veía tentado por llegar hasta el sitio y comprobar con mis ojos lo que sucedía.
El osio es el padre de las locuras, dudé en ir hasta el lugar por diversas razones, la distancia, la hora y el esfuerzo físico que debía poner de mi parte. Pese a todas las excusas que podía crear me sentí extrañamente motivado, vamos, no tenía nada mejor que hacer y estaba extremamente aburrido. Tomé solo el teléfono y caminé rumbo hacia donde se veía reflejado ese punto lumínico que en ocasiones se me perdía por el relieve del terreno.
Solo tenía la luz de linterna integrada en el teléfono, no vi la necesidad de llevar conmigo nada más, sería una caminata de reconocimiento; de ida y vuelta sin mucho problema o eso esperaba.
Me sentí desorientado durante parte del camino, la vejetación no me permitía ver a ciencia cierta la dirección a dónde esperaba ir. Más bien solo caminé a tientas esperando no perderme. Incluso estuve a punto de retractarme en varias ocasiones, pensaba en lo innecesario que era tener que estar allí expuesto a cualquier peligro; y ya justo cuando me detuve para empezar mi camino de regreso, a unos cuantos metros logré ver un poco de luz que se encondía entre la maleza.
Caminé en esa dirección, iba silente y calmo hasta que escuché gritos que provenían de algún lugar, gritos estremecedores. Imaginé de inmediato que estaban abusando de una chica o algo similar, si así era ¿cómo la podía ayudar?, no tenía nada con lo cuál pudiese defenderme.
En el momento se escucha otro grito, seguido de otro, de otro y de otro más, eran de mujeres diferentes, no solo era una la que estaba en peligro. Me dió miedo naturalmente, así que intenté escabullirme al sitio de donde provenían esos gritos procurando no ser descubierto. No sabía cuántas cosas podrían estar pasando y yo también estaría en peligro inminente.
Apagué la linterna y caminé apostando a la suerte rogando por que algún animal nocturno no me fuese a hacer daño, pero sin duda ese era el caso que menos pavor podía dar después que todo quedara en silencio nuevamente y se empezara a oír un tipo de rezo de varias personas al mismo tiempo.
No es broma, estas repetían continuamente las mismas palabras bajo un ciclo de tiempo exacto, en unísono y a viva voz. No podía ver con exactitud qué era ese alboroto, ya después de ocultarme en unos matorrales pude ver doce o quince mujeres desnudas alrededor de una hoguera con las manos extendidas.
Quien dirigía todo aquello al parecer estaba abriendo heridas en las manos de aquellas mujeres para luego aplicarles un tipo de ungüento a base de plantas, aunque no pude ver exactamente si era eso, el ángulo en el que estaba posicionado no me favorecia, después de eso allí era cuando gritaban a como escuché al llegar. No sabía el fin de sus actividades, pero tenía idea de lo que estaba sucediendo, no hay que ser muy inteligente ni meticuloso para percibir los principios de sus actos. Cuando la última mujer fue herida, todas bajaron los brazos y callaron. Las brazas de la hoguera ardía y la mujer que estaba al mando dijo en alta voz:
ESTÁS LEYENDO
Intra Infernum-Historias Reales De Terror
ParanormalSiempre hay alguien detrás de ti y no hablo precisamente de un ser vivo, espíritus, demonios, entes que buscan manifestarse de algún modo para poder sentir nuestro miedo, y así después de alimentarse de el puedan hacerse más fuertes, más visibles, m...