Mi madre era la camarera y encargada en un hotel poco conocido en la ciudad, yo aún tenía quince años cuando eso, cada que salía del colegio iba hasta su trabajo para hacerle compañía.
La primera planta era un estacionamiento donde habían solo tres habitaciones contiguas a la lavandería. De ahí, unas pequeñas escaleras que llevaban a la segunda planta, dónde las habitaciones eran más decentes por decirlo así, y al final del pasillo junto a la ventana que daba a la calle habían otras escaleras que llevaban a la tercera planta dónde estaban las habitaciones más lujosas.
Rondaban las dos de la tarde y yo miraba las cámaras de seguridad, mi madre salía con sábanas sucias de una habitación hacia la lavandería y yo estaba atento en la recepción por si alguien llegaba. Decidí mirarla a través de los pasillos, escaleras y finalmente hasta la lavandería, tranquilamente empezó a meter todo a la lavadora, y me fijé en un hombre que llegó y se posó en la puerta de la lavandería; no se dejó ver completo ya que el ángulo de la cámara no llegaba hasta donde él.
Mi madre no le dió atención, imaginé que el hombre solo la quería asustar, esperaba ver su reacción, parecía ser ajena a qué había alguien a solo unos metros de ella, miraba a un costado; hacia el otro y no parecía verlo. Al girarse completamente para salir pasó a su lado como si nada; no lo determinó siquiera.
Eso me causó curiosidad, así que cuando llegó hasta mí no dudé en preguntarle:
— ¿Quien era el tipo que estaba al lado tuyo?
— ¿Al lado a dónde? —Responde.
—En la lavandería, estaba parado en la puerta, se quedó ahí quieto mientras estabas metiendo la ropa a la lavadora, pasaste por al lado de él cuando saliste...
—Deja de estarme tomando el pelo, no hay nadie registrado todavía, los clientes fijos llegan más tarde... —Contesta incrédula.
—Pero mamá, te digo que había alguien ahí, y no se cómo funciona esto para retrodecer las cámaras y veas que es cierto.
—Deja de querer estar asustando, mejor aprovecha y adelanta tareas. —Contesta mientras entraba a otra habitación.
Intentaba ponerle sentido a la situación pero no la encontraba, por más vueltas que le diera en la cabeza solo llegaba a una conclusión, era un fantasma, uno que después me habrían de confirmar.
Después de hacer los deberes en esa ocasión dormí un algunas horas, no supe más nada del mundo hasta que algunos clientes entraron a hacer cosas que se hacen en un hotel, ya saben, ver televisión y eso.
Era común escuchar sonidos durante la noche, no sonidos de ultra tumba, sino, los otros sonidos, y como adolescente mal portado solía acercarme a algunas de esas habitaciones a escuchar como iban las cosas, mi madre solía estar ocupada con el inventario o arreglando algunas habitaciones así que no sabía nada de mis andadas.
Por lo general las habitaciones de la segunda planta eran las más solicitadas, ya que el precio era más accesible, pocas veces en la tercera planta había gente por eso cuando subí a distraerme me sorprendió ver la luz de una habitación encendida, me acerqué y no se escuchaba nada, asumí que estaba vacía así que quise abrir para apagar la luz pero la puerta estaba con seguro desde adentro. Una vez hecho eso empecé a escuchar a una pareja del otro lado, parecían estar peleando:
— ¿Entonces que?, ¿ya no me amas?
—Me hiciste que te perdiera el amor, es tu culpa. —Contesta la mujer.
— ¿Mi culpa?, Si todo lo que he hecho a sido por ti y para ti, como que mi culpa. —Contesta el hombre.
—Es tu forma de tratarme, cada vez que me golpeas haces que te pierda el amor. —Dice la mujer la cual se podía escuchar llorando.
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Intra Infernum-Historias Reales De Terror
ParanormalSiempre hay alguien detrás de ti y no hablo precisamente de un ser vivo, espíritus, demonios, entes que buscan manifestarse de algún modo para poder sentir nuestro miedo, y así después de alimentarse de el puedan hacerse más fuertes, más visibles, m...