- ¿Anny?, demonios mujer por poco me das un infarto, ¿que haces aquí?, ¿dónde están los niños? -Dije al verle llegar entre las sombras.
-Siempre te lo he dicho, preguntas mucho, todo está bien, te estuve llamando y no contestaste. -Responde con preocupación.
-No sé dónde dejé el estúpido teléfono, no lo he buscado, y bueno, solo debes de saber que ya sé cómo acabar con esto, debemos buscar una tabla ouija oculta en algún lado de la casa, debemos destruirla para cerrar el vínculo que tiene el demonio con Martina, al menos en teoría debería funcionar, después de eso ya todo debería volver a la normalidad. -Contesté esperanzado.
- ¿A que vienes todo esto?, ¿de que ouija me hablas?, no entiendo nada...
-Tu solo sígueme, vamos a la habitación que está al lado de la nuestra. -Dije mientras le entregaba una vela para que la llevase a la vez que yo también cargaba una. -O mejor, apaguemos las que no necesitamos aquí abajo y llevémoslas también, necesitaremos más luz. -Resolví.
Luego de hacerlo, subimos hasta la habitación donde en el sueño había visto ese estante oculto. Era un cuarto para visitas esporádicas así que no había más que una cama, y algunos adornos para llenar el vacío. Luego de correr una pequeña biblioteca que había allí, al fin la pared estaba libre para visualizarla, pero no había nada, la pared estaba hecha de ladrillo cubierta de una ligera capa de concreto y un tapizado decorativo que estaba en toda la casa.
- ¡La madre que te parió! -Exclamé furioso. - ¡Aquí debería estar!, quizá en la remodelación lo quitaron, no lo sé, ahora no tenemos nada, volvemos al principio. -Dije molesto.
-Tranquilo, ¿pero que estás buscando exactamente?, no me has dicho nada -Pregunta.
-Tuve una, especie de revelación no se cómo decirle, aquí en esta pared había un estante con cosas de brujería y demás, y también una ouija que fue la que se utilizó para llamar al demonio que está en Martina, fue el mismo que Mató a la mujer de Federico, lo que dijo Martina durante la sesión fue cierto, murió de una enfermedad causada por él, enviado por la mamá de su esposo, era una mujer muy desagradable que la odiaba, el mismo demonio que influenció en la muerte de todos en esta casa después de eso, además ¿recuerdas cuando poseyó a Martina?, ella dijo algo con una voz que no era la suya, lo recuerdo bien: me invitó y no me voy a ir; era cierto, no se refería a Martina quien lo había invitado a esta casa, o a su cuerpo, se refería es a esa vieja decrépita que le llamó a través de esa tabla, ya estaba aquí desde hace mucho y Martina fue el canal para que pudiera hacerse material.
-Wow, la verdad no te entendí nada, solo optaré por creerte y por tumbar parte de esta pared, igual siempre pensé que aquí debía haber una ventana, y si no hay nada, pues lo intentamos al menos, ¿te parece bien? -Contesta calmada.
- ¿No querías era agrandar nuestra habitación uniéndola con esta? -Pregunto.
-Los tiempos cambian, una ventana no quedaría mal, y ve, rápido, hay que acabar con esto.
-Por eso fue que me enamoré de ti. -Dije dándole un beso en la boca. -Dame un minuto, iré por una porra para tumbar esto, enciende las velas para iluminar bien la habitación, voy a la cochera.
-Toma una vela para que no vayas a oscuras, te espero. -Contestó tranquila.
Bajé con prisa y busqué la herramienta con afán. Fue entonces cuando escuché unos pasos cerca a donde yo estaba a la vez que se oía una risa diabólica. Tragué saliva intentando mantener la calma para luego de encontrarla regresar lo más rápido que podía mirando hacia todos lados esperando que algo saliera de la nada.
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Intra Infernum-Historias Reales De Terror
ParanormalSiempre hay alguien detrás de ti y no hablo precisamente de un ser vivo, espíritus, demonios, entes que buscan manifestarse de algún modo para poder sentir nuestro miedo, y así después de alimentarse de el puedan hacerse más fuertes, más visibles, m...