Ahí estaba yo, aburrida navegando por internet, siempre sentí una extraña fascinación por comprar cosas en ebay, se me hacía más cómodo comprar productos sin la necesidad de enfrentarme a un mundo patético lleno de gente egoísta, grosera e inculta.
Pero, no hay nada de interesante en eso que les digo, más bien, en lo que compré un día a través de esa plataforma al ganar una de esas subastas; para que entiendan de antemano soy coleccionista de objetos, digamos, no malditos; pero si embrujados de algún modo, ¿qué por qué me gusta tener ese tipo de cosas?, pues, es mi cultura, mi forma de vivir, siempre me gustó lo gótico, lo oculto, lo que no puedo comprender, desde pequeña me interesó conocer si más allá de la muerte hay algo... Y vaya que lo descubrí de un mal modo.
Vivía en Nueva Orleans; estados unidos, soy de familia latina así que por eso hablo y escribo español, me mudé a un apartamento sola a estudiar y vivir por aquí, y al fin pude cumplir uno de mis sueños de tener una variedad en productos extraños, cosas que la mayoría les tendría miedo, a mi, me causaban fascinación o admiración, tenía un pequeño cuarto lleno de ellos, así que en el momento cuando mis ojos vieron un muñeco vudú supuestamente maldito, no dudé en ofertar para que pudiera ser mío.
Por lo general, nunca hay quienes oferten por esos productos, pero en esta ocasión hubieron quienes intentaron hacerme la vida complicada al poner un precio mayor al que yo daba, así que me tocó gastar una buena suma por él. No tenía nada de especial, solo era su historia lo que me intrigaba. Era una especie de estatuilla de mujer hecha de barro, a la que le cruzaban unos clavos por la cabeza, ojos, pecho, cabeza y boca.
Lo sé, estoy algo loca. Pero, la vida es muy corta para estar siempre cuerdo.
Cuando sonó el timbre unos días después de haber comprado ese extraño objeto, supe que había llegado, que por fin lo tendría en mis manos.
— ¿Quien es? —Dije al escuchar el timbre asumiendo de que o quién podía ser sin aún abrir la puerta.
—Es una entrega para Isabela, ¿está en casa? —Escuché la voz del repartidor a lo que inmediatamente le abrí la puerta.
—Soy yo.
—Por favor firme el recibido. —Me dice luego de darme una pequeña caja junto a un papel para que firmara, la cual luego de hacerlo con una falsa sonrisa agradece y se va.
—Gracias. —Le dije mientras le daba la espalda.
—Si, como sea. —Contestó a baja voz.
—Por eso odio a las personas, y a la humanidad en general. —Dije en el pensamiento. —A ver a ver, que tenemos aquí. —Dije mientras sonriente abría la caja de cartón con prisa como si se tratara de un niño quien abre un regalo.
Lo primero que vi entre el plástico de burbujas fue una caja de metal la cual parecía ser de plata, tenía sentido que la oferta inicial fuera tan alta después de todo, media unos quince o diecisiete centímetros tanto de largo como de ancho. Tenía unos grabados que ya había visto antes, unos tipos de sellos que se utilizan en rituales para contener demonios y esas cosas..., pero no le di atención, estaba tan emocionada que la abrí sin dudar si quiera. Y allí estaba, el preciado muñeco de vudú, tenía algunos cabellos de mujer y parecía tener unas mancha de sangre lo cual lo hacía más atractivo a mi gusto.
En una pequeña bolsa de plástico que había ignorado, había un papel cuidadosamente doblado de color marrón claro, el cual al abrirlo en letras grandes especificaba las instrucciones para conservar el muñeco.
—Que dice aquí; a ver..., el portador del muñeco vudú debe de conocer a fondo la historia del mismo a fin de cuidar su integridad espiritual y física ya que este muñeco conserva energías muy fuertes los cuales..., ¡ay no que pereza! al grano pues, a ver, saltemos esto, y esto, y... Ajá, aquí, instrucción primera, no abrir la caja hecha de plata fina ya que las energías malignas conservadas podrían ser liberadas en tu hogar... —Sorprendida y sin hacer otra cosa, abro mis ojos más de lo común y miro en dirección al muñeco. —Ups... creo que debí leer esto primero, a ver, que más dice. —Dije mirando la hoja nuevamente. —Instrucción segunda, en caso tal que por error la haya abierto usted deberá... —Ay no, muchas letras. —Dije rompiendo el papel en trozos muy pequeños. —Después de todo así empiezan las historias de fantasmas, a ver si al menos entra algo de emoción a mi vida.
En efecto, era muy... yo. Recogí esos papeles y los eché en bolsa del aseo, luego procedí a colocar el muñeco junto a los otros en el lugar que tenía designado para ellos.
Después de esa ocasión estuve con la mente ocupada en algunas cosas del trabajo, las redes sociales se convirtieron en mi medio para hacer dinero, publicidad por aquí, ventas por allá, y así me ganaba la vida.
Con el caer de esa noche, comenzó mi travesía hacia un mundo que yo misma estaba llamando con o sin querer.
(Suena que alguien toca la puerta) — ¿Quien es? (Suena que alguien toca la puerta otra vez). —Ya voy, dejen el afán, dije mientras iba camino hacia la puerta principal desde la sala en donde yo estaba. (Suena que alguien toca la puerta otra vez) —A pues, pero que fastidio. —Dije llegando a la puerta. — ¿Quien es? —Dije aún sin abrir mientras sonaba que alguien tocaba la puerta con más fuerza.—Si no me dices quien es no voy a abrir. —Dije con voz molesta mientras me agachaba a ver por debajo de la puerta y tratar de distinguir algo.
Cómo por mala suerte el bombillo de la parte frontal se había quemado y no lo había cambiado no podía ver mucho, solo logré ver unos pies descalzos de una mujer.
—Emm, ¿necesitas algo? —Pregunté sin tener respuesta.
Me quedé unos momentos allí, quieta y en silencio, nadie volvió a tocar la puerta, así que me ya aburrida iba a caminar de nuevo hacia mi habitación, tocaron la puerta con mucha más fuerza que las veces anteriores.
—Pero... —Dije mientras me devolvía molesta hacia la puerta. — ¡¿Quien está jodiendo a esta hora y que quiere?! —Grité a la vez que abría la puerta y notaba que no había nadie.
Un frío me recorrió el cuerpo completo, sentí como si algo pasara sobre mi, algo desagradable que no pude ver pero que sin duda me había causado una mala sensación.
—Que fue eso... —Dije mientras miraba en todas direcciones un poco asustada.
Al entrar nuevamente intenté no pensar mucho en eso, caminé por toda la casa cerrando todas las ventanas. Cuando entré a mi habitación busqué lo necesario para bañarme, cerré la ventana que daba al jardín lateral del apartamento, fui a la otra habitación buscando no sé qué cosa y cuando regresé la ventana que creía haber cerrado estaba abierta nuevamente. Siendo honesta no recordaba haberla cerrado, estaba en una laguna mental así que mi memoria no me lo aseguraba del todo. Sin problema alguno la cerré pero sentía una extraña sensación, sentía que al pasar por allí alguien estaba parado ahí mirándome, esto les ha pasado a todo mundo en algún momento, sabrán que esa situación es incómoda, pero en mi caso, había algo que me perturbaba.
Cuando entré a bañarme, cerré la puerta de la regadera la cual está hecha de un material que hace ver borroso del lado contrario en el que se mire. Al lavarme el cabello me cayó algo de shampoo en los ojos, por lo cual los tenía irritados y no podía abrirlos, me parecía normal creer ver una sombra detrás del vidrio, a fin de cuentas de tanto apretar los ojos podía estar viendo mal, pero después de lavarme una y otra vez mientras seguía mirando del otro lado me hizo dar cuenta que no veía mal, la forma de una persona robusta estaba del otro lado, cerré la regadera e innecesariamente dije:
— ¿Hola?
El problema no era que yo preguntara eso, el problema era que alguien me contestara. Que iba hacer yo si alguien dijera, "hola soy yo, un asesino en serie, no te preocupes"
Me puse la toalla y abrí la puerta lentamente para descubrir que no había nadie. Me tranquilicé, suspiré, intenté calmar mis latidos y al salir al mirar por la ventana el rostro de una mujer demacrada estaba allí mirándome fijamente, grité y salté ligeramente del susto sobre el piso de cerámica el cual estaba mojado haciendo que me resbalara y me golpeara en la cabeza con fuerza, un zumbido llenó mis oídos mientras que nos ojos se apagaban involuntariamente mientras trataba de evitarlo y así no desmayarme.
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Intra Infernum-Historias Reales De Terror
ParanormalSiempre hay alguien detrás de ti y no hablo precisamente de un ser vivo, espíritus, demonios, entes que buscan manifestarse de algún modo para poder sentir nuestro miedo, y así después de alimentarse de el puedan hacerse más fuertes, más visibles, m...