Intra Infernum-Historias Reales De Terror

El fantasma del McDonald's

    Trabajo en un McDonald's desde hace años, por lo general tomo los turnos nocturnos debido que aún estoy en la universidad y necesito ingresos extra. Cómo ya soy de confianza y no hay mucho trabajo en ese horario, me quedo solo atendiendo cualquier pedido que salga.
    Durante todo el tiempo que he trabajado, he visto en persona varios casos que no han tenido explicación, por ejemplo la vez que una persona me pidió permiso para entrar al baño y eran más de las dos de la mañana, venía con el rostro cubierto de sangre porque según me dijo le habían atracado, le pregunté si quería que llamara la policía y dijo que no, solo quería lavarse la cara, no tuve problema con eso así que le dejé pasar, estuve atento a que saliera ya que son casos que no pasan a diario, pasaban y pasaban los minutos y aún no salía, llegué a pensar que se había desmayado o muerto, así que fui a buscarlo, pero al entrar no había nadie, simplemente se había esfumado y no habían más salidas, la única era por el mismo lugar donde había entrado, o la vez cuando el payaso Ronald McDonald's que es personaje de la empresa aún estaba como adorno en la entrada del local en una de las sillas para el público dónde se podían sentar junto a él, a plena media noche al verle ví como tenía su cabeza girada mirando hacia donde yo estaba con la sonrisa más marcada de lo usual, claro que me dió miedo y por poco renuncio ese mismo día, pero lo quitaron de allí porque al comentarle a mis jefes, ellos me habían dicho que eso mismo había pasado con muchos trabajadores de ese mismo turno, que lo habían visto incluso moverse y optaron por no tenerlo más para que no volviera a suceder ya que lo vieron como un problema serio, lo curioso es que yo nunca lo había escuchado para decir que por haberlo oído antes lo pude haber inventado en mi cabeza.
   
    Pero verán, esos no son los casos más espantosos, estoy seguro que el más reciente fue uno que no me dejó dormir en semanas tranquilamente.

    En el primer caso nunca dije nada al respecto, por ser nuevo en ese entonces quería evitar decir algo que pudiera llamar la atención, así que no sé si algo se pudo ver en el vídeo de seguridad, en el segundo caso, la cámara no apuntaba hacia donde estaba el payaso sentado, y pues solo vieron mi cara de susto y ya, pero el que les voy a contar, si quedó registrado; hay testigos de ello y material que lo prueba.

    Eran las 11:58 minutos de la noche, tal y como era costumbre estaba sentado en caja esperando por algún cliente. Jugaba en el teléfono mientras a bajo volumen se escuchaba una canción de rock de los noventa, era poco usual que pasara así que me asusté cuando hubo un corte de fluido eléctrico que dejó todo el local a oscuras haciendo que todo quedara en un silencio sepulcral mientras de vez en cuando algún auto pasaba iluminando con sus focos rápidamente de un lado a otro. El lugar siempre es un tanto grande así que a mí se me hizo tenebroso estar allí con la poca luz de la pantalla del teléfono iluminando mi cara.

    —Vamos amigo, no me gusta la oscuridad. —Dije hablando en voz alta para evitar los nervios. En cuanto me iba a levantar, la luz llegó de nuevo haciendo que todo se encendiera de manera automática.

    No mentiré, me sentí aliviado, pero la tranquilidad me duró solo instantes cuando miré a la puerta principal y había un hombre parado allí, era alto y fornido, de unos cincuenta años por mucho, con barba desdeñada y ropa para nada resaltante.

    Lo volví a mirar a través de la cámara de seguridad para abrirle la puerta automática, es costumbre para evitar inconvenientes de cualquier tipo, pero al hacerlo solo se veía como un brillo blanco, no me dejaba verlo con claridad, por un momento no había entendido que era lo que pasaba, pensé que era el bombillo cercano que iluminaba demasiado y alteraba la vista de la cámara, pasé por alto ese detalle ya que no parecía significativo, no supe si solo fue mi instinto de trabajo o de idiotez, pero solo le abrí sin pensar mucho en ello.

    —Buenos noches, o días, bienvenido, ¿que desea comer? —Le dije al sujeto mientras se acercaba a uno de los asientos con cara de pocos amigos.