Pesadillas-Parte 2

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   Mi corazón latía a mil por hora a la vez que sentía como ese ser me obligaba a salir de allí con fuerza bruta, intenté aferrarme a las paredes del ducto pero me resbalaba, la superficie del lugar era húmeda y cubierta de moho así se no podía sujetarme por más que intentara.

   Me arrastró hacia él sujetandome de la pierna, al sacarme de allí con violencia me arrojó a unos metros de distancia haciendo que me golpeara en la cabeza con una columna de concreto. Estaba mareado, aturdido, veía todo como si fuera en cámara lenta mientras la somnolencia me avisaba que estaba pronto a desvanecerme, en mi boca había un sabor alcalino y supe que era sangre, quise huir pero no tenía más fuerza, estaba agotado, tanto que no pude hacer resistencia alguna cuando esa bestia me tomó por el cuello con ambas manos y me alzó sobre su cabeza.

   Sentía como se iba mi vida lentamente, no podía respirar, por más que intentara moverme para que me soltara, todo el esfuerzo me fue imposible, era el fin de mi historia, era mi final.

(3,2,1)

—Esto es un sueño, estoy soñando, nada de esto es real, debo despertar, despierta ahora, ¡Ahora!, ¡Yoscar despierta!, ¡Sal de aquí! —Gritaba en mi pensamiento mientras la última bocanada de aire salía de mis pulmones. —Des-pier-ta...

   En el acto me levanté exaltado de mi cama lleno de sudor que empapaba mi ropa mientras tomaba aire como si fuera estado a punto de morir por asfixia. Aún sentía el temor, estaba agitado, sabía que había sido una pesadilla, a último momento tuve lucidez y pude escapar de allí, son pocas las veces que una persona puede tener un sueño lúcido, así que me sentí afortunado de que todo eso acabara.

   Me senté en el borde de la cama mientras daba un suspiro, intenté relajarme para despejar la mente de los recuerdos aún presentes en mi memoria de lo que según yo había vivido, tenía sed y caminando con pesadez fui por un poco de agua. Abrí la nevera, llené mi vaso, y salí al frente de la casa aún en pijama para tomar un poco de aire fresco.

   Miré al cielo y no habían estrellas, estaba todo en silencio, tan calmo que casi parecía extraño. Miré en todas direcciones buscando algo fuera de lo habitual pero aparte de eso, no había más nada, no quise prestarle mucha atención, aunque había dormido no me sentía descansado, quería recostarme otro poco así que luego de entrar a casa iba en dirección a mi habitación cuando algo sentí una ligera comezón sobre mi brazo izquierdo que cada vez se hacía más insoportable.

   Entre más frotaba la zona, la comezón era más intensa. No resistí y me despoje de la parte superior de la pijama, al ver que era lo que lo provocaba tal molestia, un frío recorrió todo mi cuerpo haciendo que me quedara estupefacto sin saber cómo reaccionar. Tenía una ampolla de aproximadamente cinco centímetros de amplitud llena de una materia viscosa de color verde y amarillento que iba acrecentadose a cada momento de la cual empezaba a salir un olor nauseabundo. Sentía algo moverse allí dentro de mi piel, no tenía sentido pero era así, ¿que diablos pudo haber causado esto si solo estaba durmiendo?

   Fui a al baño con prisa a buscar una hojilla de rasurar para intentar extirpar aquello que aparte de tener apariencia asquerosa me estaba empezando a causar un dolor como ningún otro que fuera recordado. No había tiempo de ir a un hospital, era momento de actuar, no pensaba durar otro minuto con esa cosa repugnante sobre mi. Respiré profundamente mientras apretaba mi puño para empezar abrir mi piel lentamente. La sangre empezaba a salir mezclada con aquello que había dentro, sin embargo aún sentía que había algo allí que se movía, presioné la herida con fuerza resistiendo cuanto podía el dolor; después de algunos intentos salió y cayó al suelo una pequeña bolsita de color blanco de poco más de tres centímetros de diámetro untada por residuos que escurrían de la herida abierta. Estaba latente, parecía moverse pero muy poco. Me acerqué lleno de curiosidad y miedo, no lo quise tocar solo lo observé mientras algo quería salir de allí.

Intra Infernum-Historias Reales De TerrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora