—Anda... acompáñame, no quiero ir sola... —Me dice Eliana casi que en súplicas.
—No quiero ir, tengo cosas que hacer esta noche, tengo...
—Nada interesante por hacer, no haces más que estar en esta casa encerrada y verte con el bigote de brocha que cargas por novio, por favor... o sea ya tengo tiempo conociendo a esa gente pero es la primera vez que me invitan a sus reuniones oficiales, tengo un poco de nervios por ir sola. —Insiste.
—Pero es tu club de gente loca, no mi club, no fui invitada, además no me gustan esas cosas y lo sabes, te lo respeto porque eres mi amiga, pero no comparto nada del mundo del... goticismo o como se llame, no me parece divertido hacer cosas donde involucren al diablo gracias... —Le respondí girando la silla, para así darle la espalda y seguir escribiendo en la computadora.
—No se de donde la gente saca esas cosas, bueno, si hay gente que lo hace, la mayoría de mis amigos, pero yo no, o sea no estoy de lleno metida en eso, que está bien, me pinto de negro y me visto como si estuviera en un luto eterno pero solo es moda, por llamar la atención y lo sabes, quiero ir a esa reunión con la intención de saber que tanto hacen allá, te lo prometo; si la cosa se pone rara nos vamos de una vez, ¿va?, eres mi mejor amiga, necesito tu apoyo... —Me dice bajando su cabeza poniéndola a mi nivel.
Luego de dar un suspiro profundo y quitarme los lentes le mire y respondí:
—Ilustrame para saber en qué clase de problema me voy a meter, ¿de dónde conoces a esa gente?, exactamente a qué te invitaron, ¿que te dijeron? —Le pregunté resignada.
—Los conocí por un amigo de la universidad, Oscar; el que tiene cara de sonso, el metalero... ¿lo recuerdas?
—No. —Respondí en seco.
—Bueno equis, un día estando con él me llevó con unas personas que me parecieron interesantes, su cultura; o en lo que creían los hacía ver... cultos, llamativos, intrigantes para ser exacta, todos vestían igual, al que parecía ser el líder le pregunté que onda con ellos y me dijo que si quería averiguarlo debía ser parte de ellos, la hora y el día es hoy a las diez de la noche en el jardín botánico, allí nos encontraremos y ya después no se a donde vayamos; es por eso que quiero que me acompañes para que no me pase nada. —Dice emocionada.
—Y si te violan, que nos violen a las dos, suena bien, me agrada tu idea...
—Pero deja de ser así, toda negativa, esas malas vibran empañan mi aura, solo di que si vas conmigo y ya... estaremos bien juntas. —Me dice haciendo ligeros guiños.
—Te detesto, pero si ya que, vamos a tu ridícula secta, pero de una vez te digo, no voy a beber sangre ni a cortarme en ningún lado, solo miraré y ya. —Respondí volviendo a lo mío...
Creo que haber aceptado esa propuesta fue un total y rotundo error. Nunca quise parte de nada de eso y lo quiero dejar en evidencia, por como sonaba parecía ser un club de ñoños jugando a portarse mal con cosas de ocultismo, magia y otras cosas para nada de Dios, Eliana parecía solo querer compañía y diversión, salir de la rutina, dentro de mi sabía que lo suyo no era lastimarse a si misma ni a las demás personas, por eso aquella noche todo se volvió turbio.
El jardín botánico quedaba un poco distante de la ciudad, aparte de eso era un sitio poco concurrido, el silencio entre mi amiga y yo durante el viaje fue mayor que nunca antes, ambas estábamos inseguras; dentro de nosotras algo insistía en avisar que saldría mal lo que estábamos haciendo pero los amigos no se abandonan.
Al bajar del auto en dónde sería el punto de encuentro, entre la oscuridad se asomó un hombre con una túnica roja con bordes dorados, supe disimular los nervios como la mejor participante del club de teatro que soy y mi papel de chica ruda entró en acción.
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Intra Infernum-Historias Reales De Terror
ParanormalSiempre hay alguien detrás de ti y no hablo precisamente de un ser vivo, espíritus, demonios, entes que buscan manifestarse de algún modo para poder sentir nuestro miedo, y así después de alimentarse de el puedan hacerse más fuertes, más visibles, m...