Como me resulta imposible seguir soportando las interminables pesadillas, decido levantarme varias horas antes del alba y me preparo para ir al bosque.
Me pongo una bufanda e inclusive unos guantes antes de salir, y también me llevo una bolsa llena de comida especial: pollo frío, queso, y naranjas.
Una vez afuera, me tapo la boca y la nariz para evitar respirar el aire helado que me congela la cara, y camino con calma hacia la pradera.
Cuando llego, cruzo la alambrada. Y sin pensarlo si quisiera, voy al que solía ser mi antiguo punto de encuentro con Gale.
A pesar de que es bastante improbable que él venga, debido a que hoy se marcha del 12, decido esperarlo.
Porque sé que es seguro que él jamás regrese. Y pese a la discusión de ayer, quisiera que podamos hacer las paces antes de que se vaya.
Espero al menos dos horas, y después de ese tiempo es cuando comprendo que él no vendrá. Que no le importa despedirse de mí.
Por alguna razón la idea de perderlo de nuevo para siempre, de perder a quien fue mi mejor amigo, me resulta tan dolorosa que no puedo soportarla. Especialmente porque me entristece en sobremanera saber que no pudimos resolver nuestros problemas.
Noto que se me llenan los ojos de lágrimas y que se me forma un nudo en la garganta, como siempre pasa cuando estoy enojada.
Sé que jamás volveré a verlo. Así que, después de todo, tendré que vivir con el peso de saber que no he conseguido solucionar las cosas con él.
Me pongo de pie e intento distraerme preparando las trampas, con la esperanza de poder atrapar algo para la cena de hoy.
Me paso más de una hora caminando, buscando algún animal que pueda estar cerca. Y al no encontrar nada, me doy por vencida y decido sentarme bajo un árbol mientras desayuno lo que he traído.
El día está bastante nublado y hace mucho frío, así que mis actividades son limitadas. No puedo nadar, y acabo de comprobar que los animales seguramente han de estar dentro de sus madrigueras. Por lo que es casi imposible atrapar alguno.
Suelto un suspiro.
Enserio que este día no puede empeorar.
Para evitar el sentimiento de culpa, y aquella tristeza que reconozco tan bien, me doy prisa en comer. Y después deambulo un rato por el bosque.
Necesito mantenerme ocupada, porque todavía no quiero regresar a casa. Aún es muy pronto para volver y tener que lidiar con todo aquello que quiero evitar.
Camino sin parar, hasta que me percato de que está por llover pronto. Porque el cielo está demasiado oscuro.
Suelto un suspiro de resignación, y me dirijo hacia la alambrada.
En el camino me cruzo con el fresal, y veo que aún tiene algunos frutos. Por lo que arranco un par de fresas para Effie.
Sé que me lo agradecerá. Además, se lo debo, porque siempre que puede va a dejarme pan a pesar de mis saludos cortantes y de mi mala actitud cuando intenta sacarme plática.
Cruzo la alambrada, y después de varios minutos llego a la Aldea de los Vencedores.
Por primera vez en casi un mes, me dirijo a la casa de Haymitch y toco la puerta.
Espero unos segundos, pero no obtengo respuesta.
Dudo mucho que no haya nadie, por lo que opto por girar la perilla y entro.
El hecho de que la puerta no tenga seguro significa que alguien está en casa. Así que avanzo por el vestíbulo, pero no veo a nadie.
Estoy por llamar a Effie cuando la voz de Haymitch, que parece provenir de la cocina, me detiene.
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Volver a vivir
FanficYa no hay Juegos del Hambre, y la guerra finalmente ha terminado. Ellos volvieron al Distrito 12 y ahora son libres. Pero, ¿de qué manera se le puede encontrar sentido a la vida cuando lo has perdido casi todo? Con muchos días perdidos, ellos cons...