MARINETTE:
Cuando papá llego a casa tenía la vaga idea de que todo seguiría como tal, pero no.
Papá llego alegre, demasiado, y me invito a comer en un restaurante elegante. No quise preguntar la razón, supuse que me lo diría al terminar.
Y efectivamente, cuando termine de devorar mi rebanada de pastel como postre, entrelazó sus dedos sobre la mesa, antes de beber lo último del champagne de su copa.
–Supongo que sabes que tengo buenas noticias.
Comenta al fin, mientras yo termino de comer y asiento con la cabeza, dándole la razón.
-Logre que Gabriel Agreste fuera nuestro socio, al tener a su hijo dejo varias cuentas bancarias para el lavado de dinero- comenta con una sonrisa- y a cambio, le mandare unas fotografías de su hijo.
-¿Fotografías?- pregunto, bajando el cubierto antes de beber un poco de mi copa.
-Necesito que se dé cuenta que no puede intentar nada, es un aviso- dice simplemente, pero me quedo tan impactada que estoy a punto de escupir mi bebida.
Un aviso, un aviso.
[...]
Para no levantar sospechas no dije nada. Papá me había dicho que ya le habían dado de comer en nuestra ausencia a Adrien, pero yo necesitaba verlo, por lo que dije que necesitaba corroborar que su herida no estuviera infectada, y por suerte lo convencí.
Con el corazón latiéndome con fuerza en el pecho bajo las escaleras, enciendo la luz y no me atrevo a levantar la vista más allá del suelo.
Veo pequeñas gotas de sangre en el suelo, que solo hacen que mi corazón se encoja antes de levantar la mirada.
Tapo mi boca cuando levanto la vista y lo veo, sentado en el catre con un pañuelo contra su labio.
Tiene un ojo morado al igual que el pómulo, sangre seca en la ropa y su labio partido.
Levanto mi mano para que no diga nada mientras paso saliva y me siento tan culpable que tengo ganas de llorar.
No debí dejarlo solo.
-Perdóname- le pido, inclinándome a su altura para revisar si tiene algún golpe de gravedad- si hubiera sabido que te harían esto, nunca hubiera salido de casa- murmuro, quitándole el pañuelo para poder verlo.
-No fue tu culpa- dice con una mueca, logrando que lo mire directamente a los ojos.
-Si lo fue, deja de decir lo contrario- le pido, caminando al baño para mojar el pañuelo y limpiar la sangre seca de su rostro.
Deja que lo limpie, y de vez en cuando hace una pequeña mueca mientras yo muerdo mi labio inferior para contener las lágrimas.
-No mereces esto Adrien- le digo, deslizando mis dedos por su mejilla.
-¿Tu si?- pregunta, deteniendo mi muñeca para que lo mire.
-Es diferente, yo crecí en este ambiente- respondo.
Cuando no dice nada me levanto y carraspeo un poco para alejar el nudo de mi garganta.
-Quítate la playera, necesito ver que no tengas algún golpe serio- le pido, y él me obedece con una mueca, por lo que le ayudo a retirar la prenda.
Tiene varios hematomas en el pecho que se empiezan a tornar morados, y el protesta por lo bajo cuando presiono ligeramente con mis dedos.
-¿Te duele mucho?, ¿cómo de algo roto?- pregunto y él solo niega con la cabeza, lo que me hace sentir aliviada.

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BAD LIFE//FINALIZADA
Fiksi PenggemarUn asalto fallido lleva a un secuestro inesperado. Ella solo quería una vida normal, lejos de la mierda que rodea a su familia por generaciones y teniendo que vivir siempre bajo el lema "la familia es primero". Él solo quería algo de aventura en su...