BAD LIFE//FINALIZADA

XXVI

ADRIEN:

-¡Vete al demonio Nathaniel!- le espeta Marinette, dando un pequeño golpe sobre la barra.

El pelirrojo tenía la carta más alta, seguido de Marinette y yo al final. Pero su reacción se me hacía un poco exagerada, a menor que fuera algo demasiado malo.

-No puedes enojarte por tener tan mala suerte hermosa- responde el, pasando sus dedos por debajo de su mentón, acción que ella impide- bueno, tendrás que cumplir con tu castigo- le dice, cruzándose de brazos.

-Deja a Adrien fuera de esto- le pide, logrando que frunza el ceño.

-Él decidió jugar Marinette- responde Nathaniel- ¿o acaso le da miedo a tu prometido?- pregunta en tono retador.

Arqueo las cejas y sonrio ladinamente.

-¿Podemos acabar rápido con esto?- pregunta Marinette, pasando uno de sus brazos por mi espalda, pegándome más a ella.

-Bien, para ti hermosa...- comenta, mirando a su alrededor- termínate el contenido de esta copa- le pide, tomando una de la barra.

Marinette frunce el ceño y la toma, dudando.

-¿Así sin más?- pregunta- ¿le agregaste algo acaso?- pegunta con desconfianza.

-Nunca te haría eso- le responde con falsa ofensa.

Ella vuelve a mirarlo con los ojos entrecerrados antes de beber el contenido de su copa de un solo trago.

Nathaniel sonríe con suficiencia antes de fijarse en mí.

Realmente, esperaba cualquier cosa.

MARINETTE:

-La manzana- sentencia Nathaniel con una sonrisa que no puede disimular.

-Vete al carajo- le digo en total desacuerdo.

-¿Qué es eso?- pregunta Adrien con el ceño fruncido.

-Veras, debes ponerte de espaldas a una pared, con una manzana en la cabeza y yo deberé dispararle a la fruta, ¿sencillo no?- le pregunta con cierta burla.

-No lo va a hacer- afirmo.

-Lo hare- responde Adrien de forma retadora hacia Nathaniel.

¿Por qué se le tenía que dar por demostrar su valor ahora?

Nathaniel le indica donde pararse al rubio, el cual lo hace con un gesto despreocupado que me pone de los nervios.

-Tranquila hermosa, no fallo casi nunca- dice el pelirrojo con burla, logrando que mi enojo crezca aún más.

De repente todo se ha quedado en silencio, o así me parece a mí, ya que no despego la vista de Adrien, que me sonríe genuinamente con las manos en los bolsillos.

No sé si prefiero verlo así de tranquilo o lo contrario.

Me muerdo los nudillos cuando Nathaniel desenfunda su arma y le apunta al rubio, el cual solo mantiene su mirada en mí.

Cierro los ojos por la primera detonación, y al abrirlos me doy cuenta de que disparo a un costado de su cuerpo, muy lejos de la fruta.

-¿Puedes hacerlo de una maldita vez?- pregunto en un murmuro, sintiendo mi corazón en la garganta y que las piernas me tiemblan un poco.

El pelirrojo ríe entre dientes antes de volver a apuntar, y esta vez dispara a un costado de su cabeza, pero no le da a la maldita manzana.

Adrien pareciera que no está respirando, o si lo hace no se nota, pero está muy contrario a mí.