BAD LIFE//FINALIZADA

XXVII

ADRIEN:

Cuando Marinette me había dicho que quería ir a un lugar, nunca imagine que sería el cementerio. Sin embargo aquí estábamos, de pie uno al lado del otro frente a una lápida.

-Mamá adoraba a mi padre, no entiendo porque lo engaño- murmura, y yo no tengo idea de que decir.

-A veces esas cosas pasan- respondo, guardando mis manos en los bolsillos.

-Me duele saber que no la conocía realmente- vuelve a murmurar, con la voz ligeramente rota.

-Si no lo supieras, ¿cambiaría la imagen que tienes de ella?- le pregunto. Ella desvía su mirada del frente hacia mí, manteniendo su ceño fruncido.

-Supongo que no- responde con una pequeña mueca.

-Fue una buena madre contigo, si tu padre la perdono, ¿por qué tú no lo haces?- pregunto, acariciando su mejilla con el dorso de mis dedos.

-No lo sé, no es fácil para mí aceptarlo y ya- responde, bajando la vista a sus manos, jugueteando con las mangas de la sudadera que trae puesta y le preste.

Antes de poder responderle, mi celular suena en mi bolsillo, por lo que me excuso con la mirada para atenderla.

Era mi madre, si no contestaba ahora era capaz de llamar a la policía o que se yo.

-¿Hola?- respondo en cuento contesto.

-Hola cariño, ¿cómo estás?- pregunta a través de la línea.

Le había dicho que estaría con Marinette y que llegaría más tarde, no hubo problema con eso.

-Bien, ¿sucede algo?- pregunto, ya que no hubiera llamado de ser o contrario, máximo habría mandado un mensaje.

-En realidad sí, necesito que regreses a casa en cuanto antes- responde.

-¿Para qué?- pregunto con el ceño fruncido, observando como Marinette sigue mirando la lápida.

-Llamo el comandante, capturaron a los que te secuestraron y necesitan que vayas a reconocerlos para iniciar su proceso- responde. Mis ojos se abren en sorpresa y Marinette lo nota, viéndome con curiosidad.

-¿Estas segura?- pregunto, ya que eso sería prácticamente imposible cuando vi al señor Dupain irse hace un rato y Marinette está aquí conmigo.

-Claro que lo estoy, ¿quieres que te manden a buscar?- indaga.

-No, los veo en la comisaria- respondo antes de finalizar la llamada.

MARINETTE:

Había dejado de pensar en mi madre cuando Adrien inicio su llamada, pero toda mi atención se centró en el con sus últimas palabras.

Cuando finaliza la llamada y no dice nada me atrevo a hablar.

-¿A la comisaria?, ¿a qué tienes que ir a ese lugar?- pregunto con el ceño fruncido.

-Según mi madre, capturaron a mis secuestradores- responde. Mi corazón da un vuelco al pensar inmediatamente en mi padre.

-Papá- murmuro, buscando inútilmente mi celular ya que lo deje en el auto del rubio- debemos regresar al auto- casi le suplico a Adrien, comenzando a caminar de regreso.

Maldigo a mis tacones que no me dejan avanzar como quisiera, y también maldigo no poder quitármelos por las piedras en el camino.

-Puedo cargarte si quieres- se ofrece Adrien, logrando que detenga mi andar para darme un descanso.

-Estoy bien- respondo. Pero él sujeta una de mis muñecas, se pone delante de mí, se inclina un poco y tira de mi brazo, subiéndome sobre su espalda.