BAD LIFE//FINALIZADA

X

ADRIEN:

Cuando el auto se aleja, me quedo varado en medio de la acera.

Me siento desorientado, al igual que todo mi cuerpo duele. Pero era libre, después de días encerrado entre cuatro paredes, podía respirar el aire frío de la noche.

Miro alrededor, y mentiría si dijera que se me hacía ajeno, porque no era así.

Quería tocar todo y correr por la avenida.

Todo era exactamente igual, y debo admitir que temía llegar a olvidar algún detalle y en casos extremos no volver a verlos.

Un alarido de felicidad abandona mi garganta, mientras paso mi mano por el cabello.

Comienzo a caminar por las calles vacías, mientras observo alrededor queriendo grabar todo en mi memoria, y sin darme cuenta ya estoy frente a la puerta principal de la casa.

Mi casa.

Me quedo mirando con detenimiento la reja, y más allá los escalones, los árboles que mamá insiste en cuidar tanto y el césped que sigue igual de verde a como lo recuerdo.

Finalmente toco el timbre, y me sorprendo un poco por la rapidez en la que la cámara de seguridad se hace presente.

No espero respuesta, ya que de igual forma la reja se abre y empiezo a caminar a la misma.

La puerta principal se abre de forma abrupta, y visualizo a la distancia a mi madre, bajar corriendo las escaleras hasta que esta frente a mí.

Lleva una bata blanca encima de su pijama, su cabello trenzado y no lleva maquillaje, por lo que sus ojos hinchados quedan a la vista.

-Adrien, de verdad eres tu- musita, como si no creyera que estoy frente a ella y parece tan conmocionada que tomo sus manos, ya que parece que se va a desmayar de un momento a otro.

Me abraza con fuerza, logrando que las lágrimas se acumulen en mis ojos.

Pensé que nunca la volvería a ver.

Más bien lo creía.

-Vamos adentro cariño- pide, y la sigo al tiempo que mi padre se encuentra de igual forma en la entrada.

Nunca fui muy afectivo con mi padre, así que cuando me abraza realmente me conmuevo.

Me guían a la sala de estar, donde me siento frente a ellos.

-Estás herido- comenta mi madre escandalizada, llevando sus delicados dedos a la piel de mi rostro, donde estoy consciente que varios hematomas se encuentran.

-Ya no es nada realmente- le quito importancia, ya que gracias a los cuidados de Marinette había sanado casi por completo.

-Gabriel, debemos llevarlo al hospital- sentencia mamá, ignorando completamente lo que acabo de decir.

-No, estoy bien- le digo rápidamente.

No quería ir al hospital, solo quería sentirme en casa y descansar un poco de todo lo que ha pasado.

-¿Estas bien?, te secuestraron por más de dos semanas Adrien, no me digas qué...- comienza a regañar mamá, y para mi suerte mi padre interviene.

-Está bien Emilie, date cuenta que ha pasado por mucho y podría afectarlo estar en el hospital- la tranquiliza papá- llamare al doctor para que venga- insiste.

Prefería eso que el hospital.

-Y yo llamare a la policía- dice mamá, pero la detengo sutilmente.