BAD LIFE//FINALIZADA

VII

MARINETTE:

Una punzada estridente en mi cabeza logra despertarme y que me queje en voz baja, cubriéndome lo mejor que puedo con una de las almohadas de mi cama.

No recuerdo como llegue a la misma, pero justo ahora no me importa.

Ahora solo quiero dormir de preferencia hasta mañana, pero pareciera que mis deseos no van a cumplirse cuando la puerta de mi habitación se abre con un fuerte estruendo que me hace maldecir mentalmente.

-Diablos papá- me quejo cuando abre las persianas de par en par y la luz me da directamente en el rostro.

-Cuida como me hablas- amenaza, y yo ruedo los ojos mientras me cubro el rostro nuevamente con la almohada.

Pero mi padre me quita las sabanas y la almohada, logrando que mi cabeza rebote en el colchón y una nueva punzada perfore mi cabeza.

-Levántate, te vas a duchar, desayunaras y te iras a la universidad- dice con seriedad.

-No quiero- gruño, cubriendo mi rostro con mis manos.

No pensaba hacer un berrinche como una niña pequeña, pero si era necesario para poder quedarme en casa no lo descartaría.

Espero alguna reacción molesta de mi padre, que me grite y él mismo me lleve a rastras al baño, así que intento prepararme mentalmente para eso.

-Le diste un gran susto a la señora Jones cuando entro y te encontró tirada en la alfombra- comenta con serenidad- pensaba que te había dado un coma diabético- comenta nuevamente.

Descubro mi rostro y lo miro con el ceño fruncido.

¿Esa fue una reprenda?

-Nunca te he puesto prohibiciones y no quiero empezar ahora, como tampoco quiero dudar sobre mis métodos de cuidado- dice con un tono que me extraña- así que haremos lo siguiente, me contaras exactamente porque te embriagaste y hablaremos respecto a eso- comenta, y aunque pareciera que está cerrando un trato, es la primera vez desde la muerte de mi madre que quiere platicar sobre mis posibles problemas.

Nunca hablábamos de nada personal, siempre fue relacionado a los tratos y acuerdos de mi padre, y hasta ahí.

-No fue por una razón especifica- contesto con incomodidad.

El arquea las cejas sin creerme.

Debo pensar en alguna excusa y rápido.

-¿No es por un chico cierto?- pregunta con algo de recelo, dejando salir su lado sobreprotector.

-No, para nada- descarto, y miento claramente- yo, estaba escuchando un poco de música y se me hizo fácil beber un poco, pero nunca fue mi intención embriagarme- mis mejillas se tiñen de rojo y solo espero que papá se lo trague.

-¿Qué te he dicho de beber cuando estés sola?- regaña, y yo disimulo mi alivio de que realmente se lo haya creído.

-Lo lamento, no volverá a pasar- respondo sinceramente- pero como no puedo salir a divertirme- recurro al chantaje como última opción.

-Sabes la razón- dice con cansancio.

-Lo sé, e intento no quejarme- le digo, sintiéndome un poco mal por eso- y te prometo que no volverá a pasar- repito lo que dije.

Y cumpliría mi promesa, ya que el dolor de cabeza era insoportable.

-Bien, y ya perdiste más de medio día de clases- recuerda, lo que me hace volver a maldecir internamente.

-¿Puedo quedarme en casa?, ya conseguiré los apuntes después- le pido, haciendo un intento de puchero como cuando tenía diez años y quería conseguir algo.