BAD LIFE//FINALIZADA

XIII

MARINETTE:

Mis latidos se desbordan cuando sus dedos se deslizan por los costados de mi cuerpo hasta el borde de mi blusa, la cual sube con lentitud hasta sacarla por encima de mi cabeza. De nuevo vuelve a besar la piel de mi cuello y va descendiendo hasta mi hombro, sus manos en mi espalda bajan hasta el borde de mi falda.

Se detiene un momento, haciendo la cabeza hacia atrás para observarme.

-¿Sucede algo?- le pregunto, pensando en que tal vez se arrepintió o algo parecido.

-Eres hermosa- murmura, haciéndome sonrojar antes de volver a atrapar mis labios con los suyos. Finalmente se deshace de mi falda, lanzándola a un costado mientras hace círculos con sus pulgares en mis caderas, erizando mi piel.

-Estamos en desventaja, ¿no crees?- le pregunto con una sonrisa antes de empezar a besar su cuello, disfrutando de su aroma en el proceso mientras que con mis dedos desabotono su camisa y cuando ya no hay tela estorbando me doy la libertad de recorrer con mis manos su abdomen, hasta el borde de su pantalón.

Le doy un corto beso en los labios antes de desabrochar su pantalón, haciéndome a un lado para que se lo quite finalmente.

Rodeo su cuello con mis brazos antes de volver a unir mis labios a los suyos, a la vez que me dejo caer en la cama.

-¿No crees que vamos muy rápido?- pregunta entre besos, apoyando sus manos a los costados de mi cuerpo.

-No lo sé, ¿tú que dices?- pregunto con una sonrisa ladina, haciendo patrones sin sentido en su espalda con mis uñas.

-Solo puedo pensar en todo lo que quiero hacer contigo- murmura, inclinándose para apresar mi cintura entre sus brazos, besándome apasionadamente.

Me entrego en ese beso, sujetándome de sus hombros cuando sus dedos bajan los tirantes de mi sujetador, antes de intentar desabrocharlo.

Sonrío divertida cuando batalla con el broche, soltando una exclamación victoriosa cuando finalmente logra su cometido.

Me pongo nerviosa cuando nos deshacemos de las últimas prendas que nos cubren, pero con solo verlo a los ojos ese nerviosismo desaparece al igual que mi cuerpo se siente en llamas por la forma en la que me mira.

-No tenemos protección- recuerda con alarma.

-¿Te recuerdo dónde estamos?- le pregunto con diversión, señalando los sobres plateados que están en el buró- cortesía del lugar.

El suelta una suave carcajada mientras alarga la mano hasta los mismos.

Observo a cualquier otro lado mientras se lo coloca hasta que nuevamente vuelve a ponerse sobre mi cuerpo.

Cierro los ojos cuando lo siento introducirse en mi interior lentamente. Contengo la respiración por el placer que recorre cada célula de mi cuerpo y sale en forma de una exclamación satisfactoria.

Abro los ojos cuando comienza con un vaivén de caderas que aumenta de velocidad poco a poco.

-Ahh... más...- le digo entre gemidos, viéndome incapaz de formular una frase coherente.

Mis uñas se ciernen en la piel de sus espalda cuando rodeo su cadera con mis piernas, logrando que sus entoscadas sean más profundas.

Cuando besa mi cuello me siento desfallecer, sintiéndome en una montaña rusa y que en cualquier momento caería sin precedentes.

Los gemidos roncos que Adrien emite cerca de mi oído se mezclan con los míos, y su respiración causa cosquilleos en mi piel.

-Ya... no puedo- digo entrecortadamente, sintiéndome cerca del clímax.