#39 Dos Hermanas Perdidas

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—¿Cómo que no la has encontrado? Me dijiste que solo debías ir a buscarla, me has mentido todo este tiempo.

—Oliver yo...

—Tú nada Luca, debías haberme dicho y  tomaba el primer vuelo para ir a ayudarte.

—Oliver tú estabas en lo tuyo.

—¡Maldición! —grito enojado— Eso no es importante, esta vez eras tú quien me necesitaba, debiste haberlo dicho. Mañana iré al pueblo, quiero que reúnas todo lo que tengas y le digas a Adam que vaya a vernos.

—Está bien. Te estaré esperando.

—Bien, puedes decirle que vaya a casa, ya no hay por qué ocultar las cosas.

—Tienes razón. Ahora debo dejarte para ir a buscar el último resultado, ese pedí que lo enviaran a domicilio.

—Si es negativo tienes que mantener la calma, porque seguiremos buscando y juro que no pararemos hasta que ella aparezca.

—Como tú digas Traynor —sonrío.

—Nos vemos mañana Luca, mandale un beso a mamá, a papá y a Cass.

—Está bien, saludos a Emily.

—Ahh, me has hecho acordar, debes ir hasta su casa y entregar algo que ha enviado para sus padres pero se han equivocado y lo enviaran a nuestra casa.

—Bueno, yo lo hago.

—Gracias.

Cuelgo y guardo el celular en mi bolsillo. Con movimientos lentos camino apoyado en la barra, lo hago de un extremo a otro. Puedo notar que cada vez lo hago un poco más rápido que el anterior, eso me sirve de motivación e inspiración para seguir, quiero sorprender a Emily, a mis padres y a Luca.

—Oliver, cariño —mi hermosa novia se acerca con dos muletas y las deja a un lado— Te tengo una noticia —sonríe, tal que parece una niña— Ya no usarás la silla si tú así lo quieres.

—Pero todavía no camino bien.

—Puedes usar muletas o un bastón doble para caminar, de esa forma será mejor para recuperar de una forma más rápida.

—Si tú dices que es bueno está bien.

—También podrás moverte en silla cuando estés muy cansado.

—Está bien.

Continuamos con la terapia, haber venido aquí me ha hecho mejor que estar en casa todo el tiempo, de esta forma es más dinámico porque es un lugar que no conocía al igual que la casa de Emily.

Ella... Dios, que afortunado soy de tenerla, es una mujer que nunca se rinde, que no se cansa, que vive al pendiente y que todo lo que hace, lo hace de corazón. Ella no tiene miedo de amar, de soñar, de sentir o simplemente de vivir esta vida que es incierta y a veces injusta. Tiene el poder en su mirada, en esos ojos grandes y brillosos. Tiene la perfecta capacidad de mejorar tu día con solo una mirada o una sonrisa. No teme decir lo que piensa porque lo que dice nunca es con maldad, nada de ella lo es.

Lo digo siempre y jamás me cansaré de repetirlo, ella es mi bendición.

—Oliver pronto será el cumpleaños de tu mamá —se acerca con la laptop, está vestida con su pijama, y el cabello recogido en un moño— Tiene que ser algo que la sorprenda porque ella lo tiene todo por eso los detalles son importantes.

—¿Como por ejemplo?

—Algo que ella haya querido desde hace mucho —pienso.

—No lo sé.

Quédate a mi lado©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora