—¡Esta noche es de ustedes mujeres! —las mujeres del club gritan, incluyéndome.
—¡Olivia, Olivia! —la madre de mi novio toma el siguiente trago, siendo este el último de la ronda.
—¡Eso! —aplaudimos y gritamos, festejando el triunfo de mi suegra.
¿Qué está pasando? Mejor volvamos a unas horas antes...
—Es un pueblo muy agradable, desde que llegamos me he hecho de buenos vecinos.
—Es raro nunca habernos encontrado —habla mi madre, bebe de su copa y luego sirve otra ronda de vino para todas.
—Lo bueno es que ya casi somos familia y podemos juntarnos siempre que queramos —Olivia alza su copa y hacemos un brindis.
Toda nuestra atención se va a un grupo de hombres que han entrado al club, para ser exacta, son cuatro. Todos de barba, chalecos de cuero y remeras blancas, ya saben, cadenas, guantes de cuero y el pañuelo en la cabeza. Riendo fuerte se sientan a lo largo de la barra, piden rondas de vodka.
—Tenemos un vino bueno, es nuevo —ofrece el barman, es justo del que estamos bebiendo.
—¿Escucharon muchachos? —pregunta con tono de burla— El vino es para mujeres, tráeme lo más fuerte que tengas.
—Está bien.
¡Puro hombre machista!
¡¿Quién se cree que es?!
Me enojan tanto los comentarios de esa clase, machistas. Es el típico hombre que se cree inferior solo por ser hombre y llevar un par de cadenas colgando. Quiero pararme en frente y gritarle un sin fin de cosas pero alguien se me ha adelantado. Una de las tres mujeres que me acompañan se pone de pie golpeando con ambas palmas de su mano la mesa.
—Escucha Aquaman blanquito —cruzada de brazos se acerca al grupo de hombres que la miran con curiosidad.
—Olivia no creo que sea... —mi madre se apresura a terminar con cualquier locura que esté por pasar pero Olivia le hace gesto con la mano.
—¿Quién te crees para hablar así de las mujeres? —al tipo que habla la mira de pies a cabeza— Hablas tú de debilidad, seguramente un hombre que se queja las veinticuatro horas de del día por un dolor de cabeza.
—Señora no discutiré con usted —ella parece ofenderse aún más.
—¿Por qué? —apoya sus manos en sus caderas.
—Porque sabe que tiene razón —me coloco a su lado y ellos ríen.
—Mujeres —comenta y se da vuelta ignorandonos— Siempre el mismo discurso.
Pero Olivia parece quedar más enojada que hace un momento, se acerca al hombre y golpea su hombro.
—Okey par de hombrecitos, haremos algo. Ustedes y nosotras vamos a descartar tu comentario.
—¿Qué hará? ¿Competencia de bordado? —ríe— Ganarán, tienen demasiada experiencia, ustedes prácticamente nacieron para bordar —comentario de puro macho, medioevo.
—No, haremos esto, el barman traerá veinte shots de vodka, quien termine antes gana.
—Me gustara verla llorar con su grupo de amigas.
—Y yo ya te quiero ver de puro macho marica, llorando sobre tu peluchito de felpa.
El barman sonríe, creo que es uno de los nuestros. Obedeciendo a la señora Traynor trae los vasos y el vodka, para luego llenarlos. Pero eso no solo atrae la atención del barman sino la de todo el club. Animados colocan dos mesas enfrentadas, cada una con veinte shots. Olivia se coloca en una y nosotras a su lado, mientras que al frente está el grupo de idiotas.
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Quédate a mi lado©
Romansa-¿Qué quieres? -su carácter no es bueno y eso que es solo el comienzo. -Algo simple... Quiero que camines. -su risa se escucha por toda la habitación -Es imposible. -sonriendo me acerco, apoyo mis manos en su apoyabrazos de la silla y a tan sólo ce...