EXTRA ESPECIAL

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EXTRA:
ESPECIAL SAN VALENTÍN

Su cabello castaño reposaba disperso en su frente, tentando a mi dedos con los segundos que mis ojos pasaban recorriendo sus facciones sumidas en un profundo y pacífico sueño

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Su cabello castaño reposaba disperso en su frente, tentando a mi dedos con los segundos que mis ojos pasaban recorriendo sus facciones sumidas en un profundo y pacífico sueño. Expulse el aire acomodando mi cabeza un poco más cerca y él se removió echando su brazo sobre la piel desnuda de mi cadera. Los bellos de mi nuca se alzaron por la corriente eléctrica que producía su toque y otro poco más de aire abandonó mi cuerpo como si lo único que necesitara para subsistir fuese el simple contacto de su calida piel con la mía.

— ¿Que sucede, hermosa?

La sonrisa en mi rostro se dibujó por si sola.

— Sucede que alguien está cumpliendo años hoy. —cedí a la tentación de juguetear con los mechones de su cabello— ¿Tienes una idea de quién pueda ser?

Abrió sus ojos y mi corazón brinco.

— Ni idea. —ajustó su agarre en mi cadera haciendo círculos con el pulgar— ¿Quieres recordarme quién es?

Mi mano repasó su mejilla con suavidad.

— Es muy fácil.

— Tengo mala memoria. —me pegó a su pecho de un tirón— Una pista.

— ¿En serio?

— ¿Tengo cara de estar bromeando, hermosa? —arqueo la ceja.

Reí embelesada.

— Si así lo quieres. —pasé una de mis piernas por su cintura y me subí a su regazo. Necesitaba de su plena atención, era una adivinanza difícil. Sus manos aseguraron mi cintura y las mías reposaron en su abdomen bajo— Es alto.

Me vio con aburrimiento.

— Hay muchas personas altas en el mundo.

— Es castaño. —seguí.

— También las hay en abundancia, Gala.

Toqué mi barbilla.

— Y puede ser muy testarudo.

Dio un apretón haciéndome saltar.

— Ya estás siendo clara.

— También es molesto. —contraataque.

Entrecerro los ojos fingiendo severidad.

— ¿Como dices?

Arreglé su cabello con expresión burlona.

— Dije que es molesto.

Grité cuando mi espalda aterrizó en el colchón y me encerró con su anatomía. Sus ojos recorrieron mi rostro de punta a punta con la comisura de sus labios ligeramente elevada. Oh, no.

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