El sonido de la llave introduciéndose en la cerradura provocó que me levantará como resorte de la silla.
— Dame un segundo, mamá. —toque su brazo fugazmente saliendo de la cocina.
La puerta principal se abrió a mitad de camino y Alicia apareció con el ceño fruncido viendo cada rincón del apartamento.
— ¡¿Don...
— ¡Shh! —puse mi dedo en el labio pidiendo que bajará la voz— En la cocina.
Vio sobre mi hombro y luego a mi.
— ¿Que tiene? ¿que hizo? ¿que paso? —soltó tan rápido que parpadee retrocediendo para poder procesar.
— Te dije que la atacaron.
— ¿Como?
— Pues como se ataca a una persona. —balbucee sin saber como tocar el tema— Bien, mira, te lo explicaré ¿si?
— Es lo menos que puedes hacer.
La mire mal y cambie de tema:
— ¿Trajiste lo que te pedí?
— Dos botellas de vodka. —pronunció con fastidio sacándo el líquido de su bolso— El mejor escenario en el que pueden ver a una enfermera.
— Perdóname. —ocupe mis manos con las botellas— Prometo que te lo pagaré.
— No se trata del dinero, esto no está bien. —reprochó apuntando el vodka.
— ¿Crees que no lo se? —me defendí— Esto no está bien, ni aquí, ni en marte o saturno, pero es lo que es con mi madre.
Abrí mis brazos abrumada y me volví en mi pasos hasta la cocina.
— No haré esto por ti otra vez, que te quede eso claro. —le hice saber a mi madre que saltó al ver las botellas— Quedate aquí, tengo que hablar con Alicia.
Destapó la botella y se la llevó a la boca como si hubiese estado en un desierto sin agua por días. Suspire y regrese a la sala pero Alicia no estaba ahí.
— ¿Alicia? —llamé.
— En tu habitación.
Avance y me detuve en el umbral en seco.
— ¿Que haces?
— Buscando respuestas. —levanto una camisa de mi uniforme del complejo— ¿Reclutamiento, eh?
— Es clasificado. —me acerqué y le arranque la camisa— Sal de aquí.
— ¿Y si no lo hago? —se plantó en el piso con expresión altanera— Obligame.
Me cruce de brazos recargando el peso en una de mis piernas. Le pedí específicamente que no hiciera esta escena, y aun así aquí estaba.
— ¿Que te sucede?
— ¿Que me sucede? —repitió con voz chillona— ¿Cómo puedes siquiera preguntar eso?
— Tienes que calmarte.
— ¡Estoy calmada! —exclamó.
— ¿Si?
— ¡Si!
Suspire derrotada.
— ¿Sabes que? —fui a mi escritorio y tome los papeles con las amenazas— Esto es lo que está pasando. Enfrentalo.
Los arroje a su pecho y los capturó antes de que cayeran al piso.
— Eres una zorra.
— No tengo tiempo para insultarte ahora. —negué con la cabeza— Léelo y haz las preguntas que quieras. Veré que puedo responder.
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Proyecto Humblood
Science FictionLa joven Sargento Gala Evans se ve envuelta en los secretos y problemas que tienen origen en su padre causando una coalición de decisiones peligrosas en su vida personal y laboral. Poco a poco se acerca a la verdad descubriendo quien es Peter Evans...