— Bienvenida a la torre tres. —canturreo— Que maravilla he creado en este lugar.
Eche un vistazo intentando ver la maravilla que él veía. No, nada, vacío y oscuro. Suponía que se trataba de un depósito.
— ¿Que? —se plantó frente a mí— ¿Vas a aplicar la leí del hielo?
Negué con la cabeza. Seria una excelente idea a decir verdad, pero jamás logre cumplir tal leí con éxito. Mi boca terminaba metiéndome en problemas de una forma u otra, sumándole a eso, que todavía trataba de recuperarme de mi estado atontado y el filtro no funcionaba apropiadamente. Dos descargas y un golpe, agradecía lograr mantener los ojos abiertos.
— Buscó esa maravilla. —arrastre las palabras— Además de las telarañas colgando en cada esquina, no, no veo nada.
Inhalo irritado.
— Nunca paras, ¿no es así?
Pase saliva por mi garganta seca.
— ¿A que te refieres?
— Ten un poco más de respeto por quien tiene tu vida en sus manos.
— Persona equivocada.
Cerró la boca escogiendo sus palabras.
— Nunca te he entendido.
— Somos dos.
— He sido un libro abierto. —añadió.
— Seguro en mandarín o en algún idioma de esos que, si no te crías hablandolo, ni siquiera intentarias aprenderlo. —comente con ironía.
Sentido de la preservación, Gala. Lo estas haciendo enojar.
— Eres fuerte. —reconoció con genuina admiración— Murió tu amigo, usamos un teaser, y mírate, aún insistes en tocarme el nervio.
— Soy bastante tratable, padre. —le seguí el juego, divertida— La cosa está en que la otra persona tiene que dejar de ser un imbécil.
La cachetada volteó mi rostro y probé el sabor de mi propia sangre. Eso no traeria de vuelta el filtro. No sentía nada, una cosquilla provocaría más.
— Deja de ser insolente.
Limpie la sangre de mi labio lentamente viéndolo a los ojos.
— No es insolencia, solo soy yo. Lo sabrías de haberte quedado más de doce años.
— Tu madre hizo un trabajo asqueroso con tu crianza.
— Si dos participan en el baile, dos deben finalizarlo, es lógica básica. No culpes a la pobre mujer por no querer ver al egendro que le metiste dentro sin su consentimiento.
— Señor, puedo conseguir cinta. —ofreció el soldado.
— Silencio. —rechazó y me dio plena atención escudriñando mi rostro— ¿Que estas intentado?
— Nada. —eleve mis hombros— ¿Por que lo preguntas?
— Esto no es un juego, Gala, no uno que vayas a ganar actuando de esta forma.
— No hay tal cosa, solo trató de hacer volver mis cinco sentidos. Dame un respiro.
Los soldados arrastraron a Lloyd y Tales que luchaban contra las ataduras en sus muñecas. Miré al Coronel por una fracción de segundo en busca de una señal, sin embargo, estaba demasiado ocupado maldiciendo al soldado que lucía entretenido por tenerlo neutralizado. Lo único seguro era el micrófono en mi bolsillo, aunque con el movimiento brusco y la sangre tal vez no serviría de nada.
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Proyecto Humblood
Science FictionLa joven Sargento Gala Evans se ve envuelta en los secretos y problemas que tienen origen en su padre causando una coalición de decisiones peligrosas en su vida personal y laboral. Poco a poco se acerca a la verdad descubriendo quien es Peter Evans...