VIII.

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- ¡Gala, tus panqueques están servidos!

Salte en mi lugar por el grito repentino de Alicia. Me moví rapido tecleando en mi celular el número del coronel, tire el papel a la basura con las absurdas indicaciones y volví a la cocina llevando conmigo el cheque antes de que viniera por mi.

- Quiero que le eches un ojo a esto. -lo pegue al refrigerador con un imán- Son tantos ceros que dudo leer la cantidad correcta.

Quito su vista de la cocina entrecerrando sus ojos hacia el cheque. Me senté en la mesa para comenzar a comer.

- ¿Setenta mil dólares? -estiró su cabeza un poco más para lograr verlo bien- Creo que te odio.

- No más de lo que yo lo hago. -lleve el tenedor a mi boca con una media sonrisa.

Me enfocó rodando los ojos. Corte otro pedazo mientras ella servía su plato y se sentaba junto a mi.

- ¿Lo valen? -inquirió con la boca llena. Mi expresión se torno confundida- ¿Los setenta mil dólares valen el soportar a tu padre? -aclaró.

Dudé un poco.

- Si dudas es mala señal.

- Ni siquiera tengo que ver a Peter mientras trabajo. Son otras cosas las que me hacen dudar. -expresé.

- ¿Otras cosas? ¿Que son esas cosas? -indago.

Llene mi boca de comida para darme tiempo y considerar si debería decirle sobre el control de mis finanzas por parte de mi padre. El asunto de Lloyd quedaría fuera, sin embargo.

- Él quiere que le justifique cada uno de mis gastos. -confesé.

Alicia se atragantó tosiendo hasta que sus ojos estuvieron llenos de lágrimas y su cara se torno roja. Llene un vaso de agua y se lo tendi para que pudiera librarse de lo que se encontrará obstruyendo su garganta.

- ¿El quiere que? -habló finalmente con voz entrecortada.

- Controlar mis finanzas. -repetí- No quiere que nada de lo que gane vaya a parar a manos de mi madre.

- Tampoco quiero que eso pase, pero es extremista. Sigue siendo tu madre, le guste o no. -comunicó su desacuerdo.

Suspire haciendo el plato a un lado. Mi apetito desapareció con el inicio de la conversación.

- Le importa muy poco. Debo justificar cada gasto de más de tres dígitos.

- El sabía que tomaste ese empleo para ayudar a tu madre.

- No, de hecho no. -admiti- Nunca se lo hice saber directamente.

Alicia junto sus cejas.

- ¿Que le dijiste cuando lo llamaste?

- Le dije que necesitaba un empleo.

- ¿Y? -movió su mano para que continuará.

- Y que los tres empleos no eran suficientes para mantenerme.

- ¿Y como se entero de lo contrario?

Mordi mi labio sintiéndome a segundos de tener un vómito verbal. No podía decir nada, absolutamente ni una palabra del complejo. Debía ser cuidadosa con lo que dejaba salir sobre Peter.

- Me investigó. -solté con rapidez- Él hombre no sabe lo que es la privacidad.

Alicia me observó con expresión muerta. Parpadeo moviendo sus ojos a un lado levantándose.

- No me gusta eso. -agitó la cabeza caminando por la cocina. Aunque no era muy grande para hacer un gran recorrido- Es violación a la privacidad.

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