46

234 21 2
                                    

🍨 Jinah

Había pasado las últimas dos semanas entre el hospital y la casa de mis padres. La señora Hwang me había hecho el favor de mandarme bastantes de mis cosas para poder permanecer con mi familia más tiempo. Dado que había sido una cirugía mayor había optado por quedarme al cuidado de mi padre, turnándome con Jimin y mi mamá.

Prácticamente todas las tardes, al salir de la escuela me la pasaba en casa, ayudando en cualquier minúscula cosa que se pudiese presentar. Aunque también estaba muy al pendiente de mi celular. A pesar de que fuesen escasos minutos o segundos no me importarían con tal de cruzar un par de palabras con Baekhyun.

Ahora que lo tenía lejos había aprendido lo dependiente que me estaba haciendo a su persona.

Cada que daba una vuelta hacia la cocina o subía por las escaleras revisaba mis notificaciones esperanzada de hallar un mensaje o una llamada suya, para mi mala suerte no recibía nada. Entendía que pudiese estar muy ocupado pero ambos sabíamos que inclusive en la madrugada estaría dispuesta a hablar con él.

―Hija.

La voz de mi mamá me sobresaltó al punto de dejar caer el teléfono y tener que trastabillar para recogerlo.

Me había quedado estática viendo aquellos posters bien ordenados donde Baekhyun lucía distintos estilos. En específico observaba uno de los más recientes, en el cual poseía el color de cabello con el que lo había conocido.

Me atreví a hacerlo aprovechando que Jimin no estaba en casa aunque no pensé que mi mamá me fuese a interrumpir ese rato de desolación. Sé que era absurdo estar triste por no haber tenido un contacto con Baekhyun pero la realidad es que sí lo extrañaba.

―Lo siento, ¿estás bien?

Su pregunta me extrañó, más porque su tono parecía estar nada seguro de sus palabras. ¿Estaba bien? Pues sí, nadie se había muerto y no había recibido ninguna mala noticia.

―Te veo ida y distraída ―declaró fijando sus ojos en mi persona que se mantenía estática frente al santuario de mi hermana―. Hasta pareces más pendiente del teléfono que la misma Jimin.

Viré mi vista al objeto entre mis manos e inconscientemente reí al ver que la pantalla permanecía negra, sin ningún aviso nuevo.

―Creo que tienes razón ―admití dejándolo en el bolsillo de mi pantalón. Tampoco quería no responderle rápidamente si llegaba haber noticias suyas.

―¿Es por tu novio?

Había dado justo en la llaga. La respuesta era sí pero no quería preocuparla por esa minuciosidad. Era mi asunto y ella no podía ayudarme en mucho.

―Supongo que sí pero nada de importancia.

Claro que sí tenía importancia. No tenía señales de su vida y eso me preocupaba.

Liberé un sonoro suspiro y me eché el cabello hacia atrás, muestra de mi inconformidad por ese asunto.

―¿Desde cuándo no se ha comunicado contigo?

Justo era eso. Me había relegado a un lado y ansiaba con todas mis fuerzas escuchar su voz.

―No sé, ha de estar ocupado o algo.

Mi madre imitó mi gesto de disgusto sin embargo ella se veía menos convencida que yo misma por mis palabras. Poco creía aquella respuesta pero sabía que había una gran posibilidad de que fuesen ciertas, en cambio alguien que no tenía idea de quién se trataba no lo entendería.

Candy » BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora