Final

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🍨 Jinah

Me encontraba sentada en la primera fila de sillas que se hallaba frente al improvisado escenario, mantenía una sonrisa de oreja a oreja y aplaudía con cada estudiante que subía a recoger su diploma de fin de cursos. Era la segunda vez que vivía esto y me seguía emocionando, aunque esta ocasión era más especial ya que se trataba de un grupo al que le había dado sus últimas clases. Resultaba casi imposible no sentirme nostálgica y orgullosa por ellos.

Eran mediados de mayo y el sol resultaba casi cegador al punto de querer utilizar lentes de sol para poder enfocar los rostros de las personas. Aunque eso no era lo peor sino las rozaduras que implicaban para la piel de un bebé.

Cuando la ceremonia terminó, busqué a Jimin y a Junhong, quienes se mantenían en filas más atrás, junto con los otros padres de familia. Wonhong no se graduaba pero al poseer un alto promedio de su generación, también obtuvo un reconocimiento. Y por supuesto su papá y Jimin, quien se había convertido en una especie de tía para él, debían estar allí.

Tan pronto los hallé, recibí a mi hija en brazos y la abracé como si no la hubiese visto en toda la mañana, lo cual era cierto. Gracias a la organización de la graduación de mi grupo tuve que recurrir a la "niñera Jimin", y aunque a ella le encantara estar con su sobrina, a mí me fascinaba ver cada pequeña acción que hacía. Por ejemplo si había aplaudido como todos los presentes o si sonrió cada que veía un globo diferente.

Estaba cerca de cumplir los dos años y es ahora donde mayor atención requería. Aprendía a identificar todo a su alrededor y habíamos llegado a la complicada etapa de mantener los ojos bien abiertos vigilando que no rompiera nada a su alrededor. Era una niña muy hiperactiva, cosa que ni me sorprendía al conocer los genes que poseía.

―La abrazas como si te hubieras ido de viaje un año ―puntualizó Jimin dibujando aquella sonrisa de gracia cada que yo hacía lo mismo.

La gente se acumulaba a nuestro alrededor. El patio estaba lleno de familias pero aun así podíamos estar en un pequeño círculo sin ser interrumpidos, sólo había algo que podía distraernos.

―Creo que mi sobrina necesita un cambio urgente ―continuó diciendo mientras Junhong me pasaba la pañalera.

―Ustedes subestiman el arte de cambiar un pañal.

Desde que mi hija nació, ambos eran un apoyo constante en nuestras vidas. Junhong se había atribuido el derecho del mejor amigo bridándome la misma atención que depositaba en mi hermana.

Sé que con el tiempo aquella atención podía haberse convertido en algo más, no obstante ninguno daría el primer paso por miedo a estropear la amistad, aun cuando Wonhong veía a Jimin como una figura materna.

Existía una extraña conexión en ese trío y realmente me causaba felicidad que esa mancuerna se hubiese formado con el paso del tiempo. Tendría que transcurrir un huracán y torbellino para que algo la rompiese. Aunque les costara admitirlo, lucían como una familia ejemplar.

¿Y yo?

Era fácil resumir como mi vida giraba alrededor de mi pequeña traviesa de manos inquietas y ojos chispeantes. Toda mi vida era ella y la amaba con todo mi corazón, cada cosa que hacía era buscando su bienestar.

A pesar de saber que poseía un agrio pasado preferí ignorarlo a lo largo de los meses con tal de vivir tranquilas y dentro de una normalidad aceptable. Cuando fuera mayor entendería que haber sido madre soltera era por mucho un orgullo y no tendríamos por qué avergonzarnos, y quizá pasados los años me preocuparía por contarle sobre su otra familia. Claro, esto último cuando yo estuviese completamente lista para enfrentar a dichas personas.

Candy » BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora