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🍦 Baekhyun

Había llegado el día deseado por Jinah. Por fin conocería al pequeño Byun Beomgyu, y se podía notar la emoción que le daba conocer al niño que le había descrito como "remolino". Pensé que se angustiaría pero al verlo pareció todo lo contrario.

―Saluda a la maestra Han ―le ordenó su padre con voz suave.

El niño analizó a los tres adultos que estábamos frente suyo, era un pequeño de diez años bastante listo para su edad. Torció el gesto un poco e hizo una reverencia de noventa grados hacia la chica que lo miraba con una sonrisa en el rostro.

―Vamos a llevarnos bien, ven conmigo Beomgyu ―la castaña chica extendió su mano hacia él y este accedió con una sonrisa.

Seguro pensaba que lucía meramente amigable y bonita con esa sonrisa dulce.

Tanto mi hermano como yo nos quedamos algo asombrados en el recibidor mientras veíamos como el par se sentaba en el piso de la sala alrededor de la mesita de centro. Ambos sabíamos que Beomgyu no era tan abierto a las nuevas personas, por la misma razón Baekbeom había renegado varios años de llevarlo a una academia.

―Tómate un café conmigo ―le invité halándolo conmigo a la cocina donde tomamos asiento frente a frente en la encimera.

Ya le había dado los pormenores sobre Jinah; en realidad sólo le dije cómo la conocí en la escuela y listo. Fue muy poca información dada y mi hermano mayor estaba dispuesto a sacarme la sopa durante el tiempo que su hijo compartía con la joven chica.

―¿Estás saliendo con ella?

Casi me atraganté al escuchar una pregunta que no esperaba, intenté no toser para no irritar aún más mi garganta pero fue inaudito. Miré al techo intentando encontrar alivio y después de unos segundos volteé a verlo y negué hasta con las manos.

―Para nada.

Baekbeom nada convencido bebió de su taza y alzó una ceja hacia mí, yo continuaba con un rostro de temor al imaginar la cantidad de ideas que se estaba forjando en su mente. Debía de sincerarme, después de todo Jinah sería la persona que conviviría tres días con su hijo y también se trataba de mi familia.

―Pero digamos que le estoy dando asilo.

Ahora quien casi escupe el café fue él.

Reí avergonzado por el espectáculo que probablemente estábamos dando hacia las otras dos personas que se hallaban en la habitación continua pero más me daba risa la reacción de mi hermano mayor.

―¿Y no están saliendo? ―volvió a preguntar muy confundido, a lo cual obtuvo la misma respuesta―. ¿Por qué?

―Hice que perdiera su trabajo injustamente, se lo debo ―expliqué bebiendo de la taza tranquilamente―. Es buena cocinando y me agrada su presencia.

Había dicho todo tan firmemente que Baekbeom se asustó de verme así.

Ante los ojos de la gente que me conocían no era alguien que se pudiese decirse confianzudo, de hecho era bastante metódico con mis relaciones, sí era sociable pero no me destapaba con cualquiera. Probablemente escuchar todo esto le estaba volando la cabeza a Baekbeom preguntándose qué había bebido como para actuar así.

―¿Qué dice tu mánager sobre esto?

«Muy buena pregunta» pensé al oírla.

La verdad es que me la estaba jugando al guardar el secreto ante los miembros y mi mánager. Todavía no estaba seguro de cuándo se los comunicaría pero de algo estaba seguro, tendrían la misma reacción que Baekbeom.

Candy » BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora