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🥠 Jinah

La semana acabó velozmente, de repente ya había terminado el fin de semana nuevamente y yo sentía que todo iba en la dirección correcta. Me sentía conforme aun cuando Baekhyun había hecho algunos comentarios comprometedores, parecía tomarse todo con naturalidad y eso me gustaba.

Nos acostumbramos a turnarnos los días para dormir con Mongryong sin embargo aquella noche se supondría que él despertase con su dueño y no conmigo. Lo vi tan plácidamente dormido a mi lado que me extrañé y me levanté con velocidad.

No obstante no esperaba llevarme esa imagen, honestamente no conciliaba imaginar a Baekhyun en ese sentido, no pensé que fuese capaz de meter a distintas chicas a su casa y ¡al mismo tiempo!

Quise que la tierra me tragase cuando aquella joven chica cruzó la vista con mi persona, se veía tan fresca y envuelta en una toalla de baño.

―¡Hola! Tú debes ser Jinah, yo soy Kim Hyeri.

La animada voz de la delgada chica que tenía frente de mí me despertó por fin, parecía que había estado soñando pero no, de verdad había otra muchacha conmigo en el departamento. Y esto me dejó atónita y sin habla.

Desperté cuando una tercera voz se escuchó y salía de su habitación. Intenté ver más allá para visualizar vestigios de una noche entre ese par pero la cama ya estaba perfectamente tendida como para sospechar algo.

Honey, pensé que dormías.

Percibí unas leves nauseas cuando me llamó con el seudónimo, que juraba que era especialmente hecho para mí sin embargo aparenté mi molestia con una sonrisa y me atuve a asentir.

―Hice café, ¿gustas una taza, Jinah?

―No ―respondí de inmediato volteando a ver a la chica―. Con permiso.

Y me fui a encerrar a la recamara de un portazo.

Luego maldije por lo bajo al pensar que ni siquiera podría salirme a bañar sin tener que cruzarme con ese par. Ahora ni siquiera tenía a Mongryong para distraerme con él, el muy traicionero se escabulló con el par de tortolitos.

Había transcurrido un par de días sin agarrar el celular y sin escuchar música así que busqué los audífonos y los conecté para perderme en mis pensamientos. No obstante mi distracción duró muy poco por los molestos sonidos de notificaciones que comenzaban a caer, todos de mensajes y no provenientes de Bubble sino de la mensajería preestablecida en el celular. Habían conseguido mi número de teléfono.

Todos eran mensajes escritos por furiosas fans que maldecían, criticaban y decían todo lo peor que uno pudiese imaginar, hasta de lo que me iba a morir. Aunque eso no fue lo peor, no me importaba tanto ser criticada por unas jóvenes inmaduras pero notar cómo atacaban a mi familia fue la bomba que explotó en mí.

No medí el sonido de los lloriqueos por causa de la misma música en mis oídos, me dieron ganas de aventar el celular pero sería un arranque muy estúpido pues gastaría mucho dinero si compraba otro. Me sumí en lo pensamientos torturándome y pensando en que algo malo pasaría si no hacía nada.

Pasó por mi mente llamar a Jimin y pedirle ayuda pero la realidad es que ella también tendría las manos atadas como para poder hacer algo.

Me sentí tan impotente que ni percibí el calor de los brazos que me rodeaban por detrás. Fue hasta que me quitó mis audífonos que me di cuenta de que no estaba sola.

―No llores Honey¸ me duele verte así.

«Palabrerías y mentiras, eso eran». Me levanté en el acto y tragándome mis propias lágrimas, le sonreí secamente.

Candy » BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora