Candy » Baekhyun

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🍦 Baekhyun

Otro premio significaba otro logro personal para mí, sostener el trofeo entre mis manos me daba una extraña sensación de satisfacción, más en esos momentos que todo se veía tan cercano a la fecha.

Mi ánimo se había elevado gracias a que mi equipo junto con Chanyeol, Jongin, Sehun y Jongdae fuimos a celebrar en la noche tras ese logro. Me llenaba de alegría poder convivir con mis compañeros, eran mis hermanos prácticamente y platicar con ellos siempre me reconfortaba aunque en esta ocasión me callé el detalle de que tenía una compañera de piso.

Al arribar a casa me sorprendió no ser recibido por mi amigo fiel, solía saltar ante mi presencia pues se alegraba de verme después de un largo día pero hoy no fue así. Y si era sincero, me alarmó no ver rastros suyos. Pensé lo peor aunque todo se disipó cuando vi que aún permanecía el par de zapatos femeninos tras la puerta. De todas formas ingresé deprisa en búsqueda de Mongryong.

Sin embargo algo inundó mis oídos, era mi propia voz y provenía de la habitación que le había asignado a Jinah. Entré con cuidado y ahí hallé al par que buscaba.

Jamás imaginé que a mi perro, que era aún más elitista que yo, pudiese agradarle tan pronto aquella chica. Aunque no era al único que le agradó tan deprisa, igualmente me sorprendía.

No obstante quedé más asombrado cuando vi que Jinah dormía con él sin importarle compartir la misma cama, con la bola de pelos a pie de cama. Ni siquiera yo podía dormir acompañado porque era muy hiperactivo al dormir, gracias a eso los miembros me corrían cuando dormían a mi lado.

Fijándome de no hacer ruido fui a mi habitación para colocarme la ropa de dormir, era bastante tarde pero aun así estaba dispuesto a darle de comer a Mongryong. Aunque nuevamente a mi lista de sorpresas se le vio atribuida una más.

Vislumbré en el escritorio una nota escrita a mano en una notita de color rosa, que decía:

"Ya le he dado de comer a Mongryong, sentí que era tarde y él exigió alimento. Gracias de nuevo. Descansa -Maestra Han".

Reí al ver el apodo que había utilizado nuevamente y aquello me impulsó a regresar a la habitación de Jinah. Todavía sonaba la música, eran varias canciones mías de solista hasta donde mis oídos habían escuchado. No pensé que le pudiese gustar mi música, en realidad por como su gemela se expresaba de ella parecía que la única fan del grupo era Jimin, no Jinah.

Por alguna razón me confortó que Jinah disfrutara de la música que yo creaba, si la había puesto para dormir significaba que le resultaba relajante y su semblante no lo ocultaba. Dormía con un gesto muy pacifico, uno que comencé a envidiar puesto que desde me dieron la fecha de la cirugía había ignorado el dormir tranquilo.

Nuevamente mis pensamientos se vieron abrumados al notar que en cuestión de semanas dejaría de cantar por un tiempo, dejaría de ser quién era gracias a unos nódulos que me estaban asaltando poco a poco. Mientras más escuchaba el dulce canto, más descubría que me dolía el corazón de sólo pensar que no podría hablar ni expresarme de esa forma si algo resultaba mal.

Maravillado por el efecto que estaba causando escuchar mis propias canciones, me quedé unos segundos más contemplando la escena que ante mi vista era una muy pacífica pero eso no evitó que las lágrimas comenzaran a brotar y mojar mis mejillas poco a poco.

Al ver que Jinah comenzaba a removerse entre las sabanas decidí que era tiempo de salir de allí, lo último que deseaba es que alguien me viera en ese estado tan débil así como tampoco quería dar explicaciones sobre ello.

Me desahogaría aquella noche pensando en todo y en nada, sintiendo el sabor salado de las lágrimas llenas de frustración acompañado del trofeo de mi esfuerzo.