Había belleza en la expectación y un placer en arrancarle la ropa a una amante. Tras ver que Cixous se había quitado las bragas, Ainz la detuvo. Lo que seguía, quería hacerlo el mismo, además de que aún no había tenido suficiente de ese traje de sirvienta.
Quizás sus amigos le habían contagiado alguno de sus fetiches, pero por algún motivo a Ainz le gustaba ver a Cixous en sus ropas habituales. Puede que se debiera a que mientras ella portara esas ropas, entonces Ainz podía sentirse como su amo, y eso le ayudaba enormemente a su débil confianza.
Ainz contemplo el espectáculo de aquella sirvienta temblando sobre su cama, ansiosa de lo que seguía. Vio a la chica con el rostro enrojecido, quien fantaseaba con todo lo que su amo le haría a partir de ahora en la intimidad de su cama. Y aunque conocedora de lo que debía hacer, Cixous no dejaba de mostrar la duda y el nerviosismo de una virgen, y eso terminaba por emocionar más a Ainz.
El señor de la tumba se mordió el labio con emoción. Sabía lo que quería hacer, sentía a su pene palpitando, ansioso de sentir el interior de la sirvienta, pero antes de llegar al evento principal, había algo que el había querido hacer hacía mucho tiempo.
Ainz separo las hermosas piernas de Cixous y coló se bajó la larga falda negra de la chica.
-¡¿Ainz-sama?!-
En el interior de aquella pequeña carpa negra formada por la falda de Cixous, e ignorando la oscuridad gracias a su visión nocturna, Ainz contemplo la estrecha vagina de la sirvienta. Ainz acerco su cara como un torpe amante y con su lengua comenzó a lamer la vagina de la sirvienta. A cada que movía su lengua Cixous dejaba salir más jugos mientras su cuerpo convulsionaba. Cuando Ainz se ayudó de sus dedos para abrir su vagina e introducir la lengua, la sirvienta soltó un gripo, que de no ser por la puerta cerrada, se hubiese escuchado hasta el primer piso de la tumba.
-Aiiinzzzz-saamaaaaa-
Cixous debía detener a su amo, no podía permitir que el más magnifico de los seres supremos manchara su rostro de esta manera, pero cada vez que intentaba detenerlo, su amo probaba algo nuevo que la hacía olvidarse de la lógica y entregarse por completo al placer.
Cixous juro matar a Cixous si acaso se atrevía a detener lo que pasaba bajo su falda.
Si más tarde Albedo o Shalltear decidían ejecutarla Cixous estaba contenta con eso. Tan solo deseaba saborear más de este momento.
La sirvienta se agarró fuertemente de las sabanas de la cama. Sus delgadas y afiladas uñas rasgaron parte de la tela debido a la fuerza con la que la sirvienta se sostenía. Estaba desesperada, estaba excitada de una manera en la que otras mujeres tan solo podían soñar.
Y cuando la sirvienta creyó que había llegado a su límite, Ainz enterró su cara en la entrepierna de Cixous, y con su lengua intento llegar tan lejos como pudiera.
Ya la sirvienta no estaba pensando con la cabeza, y en ese momento, en medio de la locura e impulsada por su deseo de más Cixous cometió un acto vil por el que pudo haber sido ejecutada en el acto.
Cixous se soltó de las sabanas y con ambas manos tomo por la nuca a Ainz para empujarlo y guiarlo hacia las parte que la sirvienta deseaba con su alma, fueran tocadas. Fue entonces cuando el rostro de su amo rozo tan solo un poco el clítoris de la sirvienta, y en ese momento la chica se desconectó del mundo por unos segundos. Había tenido otro orgasmo, más fuerte que el anterior
Casi inconsciente Cixous sostuvo la cabeza de su amo contra su vagina y dejo que su señor recibiera toda la rociada que había dejado salir. Cuando su mente se desconectó del cuerpo Cixous soltó la cabeza de su amo y se tendió sobre la cama sin fuerzas. Ainz saco su cara de la falda de la sirvienta, el aroma dentro de esa pequeña carpa le había hecho superar su límite.

ESTÁS LEYENDO
Overlord: Lujuria
FantasíaLa historia de Ainz conquistando a todas las chicas de su mundo. Actualizaciones cada viernes.