Kenno comenzó a escuchar la voz de una mujer gemir un nombre conocido. Aquella voz, sumida en el placer, enloquecida por el éxtasis, sonaba diferente a de costumbre, pero Kenno reconoció esa voz, esa voz que normalmente era fría y sin emociones, y que ahora sonaba como la de una mujer...
-¡Momon-sama!-
Era la voz de Nabe.
Kenno de inmediato puso su oreja contra la pared de su habitación. Podía escuchar el sonido de la carne chocando, la respiración agitada de un hombre, y por encima de todo ello, los gemidos de una mujer, que sonaba en ese momento como la persona más feliz del mundo.
Corría un rumor que Kenno había escuchado, que rezaba que Nabe siempre silenciaba la habitación que ella y Momon compartían.
Por un momento Kenno pensó que Nabe se había equivocado, que no recito bien el hechizo o que se olvido de ponerlo. Pero ese pensamiento solo duro un momento.
-(¡Es maldita!)-
Kenno recordó entonces como le miro cuando beso a Momon. Esto no podía ser un error, no era posible que fuera una coincidencia que ella estuviera gimiendo tan fuerte después de olvidar algo tan importante.
Esto era una venganza, una venganza por querer pasarse con su hombre, y Kenno lo entendía bien, porque es lo que ella hubiera hecho si alguien le hiciera lo que ella a Nabe.
Pero entonces una parte de Kenno que buscaba paz, pensó ¿Y si no era Momon? Y si Nabe solo estaba teniendo sexo con algún tipo afortunado de la ciudad ¿Y si solo estaba molestándola?
Kenno quiso refugiarse en ese pensamiento, pero entonces...
-¿Te gusta?-
Kenno escucho la voz de su héroe.
-¡Mas fuerte, más fuerte, Momon-sama!-
Kenno pego su oreja a la pared.
-¿Momon-sama?-
Se sintió herida, se sintió traicionada, aunque no era nada de Momon. Escuchar a su amado teniendo relaciones con otra mujer le dolió, pero... al mismo tiempo, aquella comenzó volvió.
Al escuchar Nabe, al escuchar a Momon, Kenno no pudo evitar preguntarse "¿Y si fuera yo?"
"¿Y si fuera yo quien estuviera ahí? ¿Y si fuera Nabe quien está detrás de la pared, escuchando mientras lidia con una comezón que no puede aliviar?"
A pesar de que le dolía, Kenno mantuvo su oreja pegada a la pared, intentando escuchar la respiración de Momon por encima de los gritos de Nabe.
-Nabe... estoy apunto ¿Dónde lo quieres? ¿Adentro o fuera?-
-¡¿eh?!-
Kenno dejo escapar un grito sin pensarlo.
"¡Afuera! ¡Afuera!" suplico internamente.
-¡Adentro! ¡Adentro, Momon-sama!-
-No... no... eso es mío... no te lo robes... eso es mío...- susurraba Kenno mientras se frotaba.
Momonga tenia la intención de usar este momento como venganza hacia esa mujer que lastimo a Entoma, pero tuvo la decencia de no olvidar a su pareja. Nabe era igual a las otras sirvientas, no se embarazaría, no había de que temer, así que cumplí lo que su pareja quería.
-la semilla... la semilla de mi señor... quema...-
Al otro lado de la pared, Momonga veía a la fría Nabe sonreír como nunca antes lo había hecho. Poniendo una expresión que no deseaba, nadie más en este mundo viera.
ESTÁS LEYENDO
Overlord: Lujuria
FantasyLa historia de Ainz conquistando a todas las chicas de su mundo. Actualizaciones cada viernes.