Y así Momonga se encontró con una pervertida en su cama. Con una hermana mayor entregando a la pequeña mirona que espió a un joven matrimonio.
Momonga tenia enfrente a la dulce Regina, mientras Yuri le suplicaba que la educara.
¿Educarla? ¿Cómo podía educar a una persona de esta manera? Si era cierto que Regina había estado espiando a Enri y Nfirea, que muy seguramente lo era, el castigo apropiado era una bochornosa conversación sobre la sexualidad, no una escena sobre su cama. Hacerle cosas indebidas mientras se encontraba en esa posición tan degradante solo podría causar mas problemas.
Como responsable de las sirvientas y todos los demás en la tumba, Momonga no podía hacer esto, como el padre que quería ser para ellas, esto se encontraba fuera de lugar, pero...
¿Qué autoridad tenia Momonga en todo esto? Tuvo relaciones con una sirvienta y después con otra. Cuando Lupus Regina intento chantajearlo cuando lo supo, ahí fue cuando Momonga debió regañarla y hacerla entrar en razón, hablarle correctamente de las cosas como un adulto responsable.
¿Por qué no lo había hecho? Muy seguramente porque no era un adulto responsable, porque cuando Regina le pidió lamerla, en lo único que podía pensar Momonga eran las pantis negras que a veces se asomaban por la apertura de su falda.
Momonga era el amo absoluto de la tumba, pero cuando una de las sirvientas pidió un soborno por su silencio, Momonga actuó como un gatito asustado y acepto la propuesta, e incluso se sintió decepcionado cuando no pudo avanzar mas con ella.
Si Momonga quería ser un adulto responsable, y un padre para ellas, necesitaba gritarle a Regina, y explicarle a Yuri la manera correcta de hacer las cosas. Debería incitar a Regina a buscar una pareja, que viva mas haya de su amo y pueda explorar su sexualidad con naturalidad...
Pero Momonga repudiaba esa idea.
No quería que alguien mas tocara a la sirvienta, no quería que nadie mas supiera a que sabían los jugos de amor que escurrían de su entrepierna. No quería compartirla con nadie, no quería que nadie tocara esas piernas, ese trasero, esa cintura y ese pecho, porque Momonga se lo gano. A diferencia de sus amigos el se quedo hasta el final. El estaba aquí, HeroHero pudo haberlo disfrutado de no haberse ido, Peroroncino, TouchMe, todos sus amigos a los que les hubiese permitido tener a una de ellas, lo habían abandonado.
¿Por qué actuar como un padre? ¿Por qué seguir con este acto? Momonga era el único que quería mantener una relación de esa naturaleza con las mujeres de Nazarick, pero eso fue solo porque le faltaba algo, solo porque su falta de deseo le indicaba que esa era la manera mas sencilla de vivir.
Pero a la mierda lo sencillo, a la mierda lo fácil. La vida no era vida sin conflicto, y como mas recientemente lo había descubierto, la vida no era tal sin este sentimiento.
Regina estaba hundida en la cama, intentando ocultar su rostro y orejas, dejando al descubierto su enorme trasero. La visión nocturna ayudo al no-muerto. Pudo ver los jugos escurriendo de su vagina.
A pesar del miedo de ser reprendida y por encima de la humillante sensación que esto le causaba, Regina estaba excitada por la idea de que su amo la tomara.
Momonga fue envuelto por la bruma roja que le daba sangre y la negra que constituía su carne. El no-muerto, el maravilloso y aterrador overlord se transformo en una de las creaturas mas corruptas de la creación, débil a la carne y solo fiel a sus deseos.
Un humano apareció frente a Yuri. La túnica abierta revelaba su torso, pero los ojos de Yuri estaban clavas en el pantalón de su señor y en la carpa que llevaba en ellos.

ESTÁS LEYENDO
Overlord: Lujuria
FantasyLa historia de Ainz conquistando a todas las chicas de su mundo. Actualizaciones cada viernes.