Parte 3

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"Había cometido un error, un crimen imperdonable..." era el pensamiento que gobernaba la mente del overlord.

Este tropiezo le recordó a Ainz lo importante que era su raza de no-muerto y las habilidades pasivas que esta otorgaba. El poder vivir sin emociones era una existencia amarga pero segura, y el evento con Cixous se lo probó.

El gobernante de la tumba mancillo a una de las preciadas creaciones de WhiteBrim. Desato en ellas todos sus deseos, descargo en ese hermoso cuerpo su lujuria. Durante nueve horas Ainz uso a la sirvienta como un medio para liberar sus frustraciones, inquietudes y estrés. Se intoxico con su belleza, e incluso se permitió vivir una fantasía de amantes con ella.

Aquel rostro angelical, ese cuerpo seductor... Cixous había sido creada en base a una fantasía, y ahora que había sido convertida en una realidad, Ainz la tomo y le hizo completamente suya.

El resultado de ese error fue el por fin deshacerse del molesto título de "Virgen", pero el costo, el precio que pago fue haber roto uno de sus juramentos. No trato a Cixous como la hija de uno de sus amigos, sino como su propia mujer. La mancillo sin siquiera considerar la abrumadora diferencia de niveles entre ambos, y al final la trato como nada más que un juguete.

Cada vez que Cixous estaba por desmayarse, Ainz le daba pociones de recuperación creadas por

Nfirea. Esta acción hizo sentir a Momonga como una mierda, pues no lo había hecho para que Cixous se mantuviera en su papel de Pareja, sino sencillamente para no dejar de escuchar los gemidos de la sirvienta, y sus gritos cada vez que llegaba al orgasmo. De no ser por ese deseo, muy seguramente no le hubiese importado que Cixous no estuviese consiente.

El final de ese encuentro solo fue marcado cuando Ainz agoto su lujuria. No fue sino hasta que su propio cuerpo dejo de pedirle más que por fin recobro el suficiente sentido para volver a su forma esquelética. Pero ya nada importaba, el daño estaba hecho.

Nada borraría todo lo que le había hecho a Cixous. Cuando Ainz vio a la sirvienta sobre su cama apenas consiente y con una densa mezcla de fluidos saliendo de ella, comprendió que tan mal había actuado.

El crimen fue tan atroz que Ainz tuvo que eliminar la cama y comprar una nueva con el sistema de la tumba, tan solo para eliminar la evidencia de su crimen.

También debió abrir un portal para que Cixous pudiera entrar a su baño privado, de manera que nadie la viera mientras se limpiaba.

El resto del turno de Cixous había sido ocupado para esconder la evidencia del crimen, y cuando por fin llego el cambio de turno, la sirvienta se marchó con una enorme sonrisa en su rostro como cada día. Actuaba como si no hubiese pasado nada.

Afortunadamente Ainz tenía varias varitas con hechizos de sanación, o de otra manera Cixous hubiese salido cojeando de la habitación.

Cuando por fin la sirvienta se retiró y una nueva tomo su lugar, Momonga fue consciente de lo mucho que la había cagado, pues su error bien pudo crear discordia en la tumba.

¿Qué pasaría si las demás se enteraran de que Ainz podía tomar forma humana? ¿Cómo tratarían a Cixous si supieran que fue con ella que perdió su virginidad? Si se enteraran de la primera, entonces Ainz podía imaginarse a las guardianas suplicándole día y noche por un hijo; esto era especialmente cierto para Albedo. En cuando a la segunda... no, Ainz no quería ni siquiera pensar en lo que le harían a la pobre Cixous.

Y en ese momento... Ainz se dio cuenta de que... no le había ordenado a Cixous mantener el secreto.

"¡Mierda! ¡¿Pero que hice?! Debí ordenarle que no dijera nada ¿Qué hare si les dice a los demás que puedo obtener una forma humana? ¡Cixous no sabe que es algo malo, así que podría comentarlo con las otras sirvientas!"

Overlord: LujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora